Creo
firmemente que antes de comenzar con mi redacción es relevante mencionar la
razón que me movilizó a elegir este tema. El motivo es que hace algunos años yo
también fui una niña, cuya infancia estuvo marcada por una muñeca, que no sólo
fue la compañera ideal para los múltiples juegos de las niñas, sino que, por el
contrario, constituyó y constituye un ícono para las múltiples generaciones de
mujeres, que lograron vivir un incalculable número de experiencias, y pintar su
mundo del característico color rosa.
Ruth Handler, es
la creadora de esta muñeca, a la que nombró como Barbie, en honor a su hija, Bárbara
Handler, de quién había notado una preferencia temprana hacia las muñecas con
rasgos similares a los de un adulto joven, antes que los símiles a los de un
niño.
Durante un viaje en Alemania, mirando
diversas vitrinas, descubre en una de ellas, a la muñeca sexual llamada Bild Lilli,
la cual, en un principio, no era considerada precisamente como un juguete para
niñas. Esto cambio, debido a la creciente popularidad que fue adquiriendo, ya
que las niñas disfrutaban peinándolas, vistiéndolas y cambiándoles sus
vestimentas. Tiempo más tarde, la gran empresa Mattel, compraría los derechos
de la muñeca, y la reformaría a su gusto y expectativas de venta.
El marido de Ruth, Elliot Handler, fue uno
de los fundadores de la empresa Mattel, la cual, en un principio, estaba
destinada a la producción de juguetes infantiles y regalos. Dentro de sus
múltiples creaciones comerciales para niños, podemos encontrar a la icónica
rubia, que es considerada como una de sus más grandes producciones y ventas.
Barbie nace y comienza a venderse
oficialmente, el 9 de marzo de 1959.
Luego de esta pequeña introducción de la
historia, para estar más orientados en el tema, queda por plantearnos algunos
interrogantes que serán respondidas a lo largo del trabajo, las cuales son:
·
¿Qué
proyectan los niños/as en la muñeca?
·
Ideal
de mujer… ¿Ideal de caos? ¿Qué efectos produce el estímulo visual continuo de
la muñeca al ideal de “cuerpo perfecto” de las niñas?
·
Estereotipos,
el gran debate: ¿todas queremos ser Barbie o todos quieren ser Ken?
Para comenzar a responder a estas
preguntas, resulta relevante partir desde nuestro referente Jean Piaget, y más
específicamente, su gran teoría sobre el Juego Simbólico.
El infante comienza a “jugar a hacer”, pero con
el pasar del tiempo y en el ingreso a un nuevo estadio, comienza a proyectar
las acciones que el mismo representaba en su juego simbólico, a nuevos objetos,
les atribuye sus propias conductas y generaliza la acción. Este tipo de juegos
es complementario al del estadio anterior, y consiste en la imitación de las
conductas de otro. Por ejemplo, si en la etapa anterior el infante
“hacía” como que comía, ahora, comenzará a proyectar estas acciones en su
muñeca, o, por otro lado, puede atribuirle características humanas, tales como:
sentimientos, emociones, habla, marcha, entre otras.
El Juego Simbólico surge alrededor de los
dos años de vida del infante, además a lo largo de éste período se desarrollan
la representación y el lenguaje, y a su vez, se da la aparición de una función simbólica, éste
es el hito más importante de la infancia la capacidad de trascender la realidad
en sus aspectos temporales, es decir, el poder hablar de objetos que no están
presentes (capacidad de representar). A partir de los dos años, en adelante,
la actividad lúdica comienza a complejizarse cada vez más, utilizando y jugando
con las palabras, complejizando la psicomotricidad tanto gruesa como fina,
imitando y representando animales y personas, entre otras cosas.
Pero sin desviarnos del tema, y comenzando
a hablar de lo que realmente nos interesa, la actividad lúdica en relación a
las Barbies, y es que hoy en día se
cuestiona mucho el hecho de que los juguetes tengan un sexo determinado, aunque
aún hoy existen muchos estereotipos en relación a este tema, cuestión que se
debatirá más tarde. Aun así y tomándolo como tradicionalmente era en tiempos
pasados (por el momento), el juego de las muñecas es, por excelencia, el juego
preferido de una gran variedad de niñas, en donde pueden proyectar no solo
representan los sucesos de la vida diaria, sino que, por el contario pueden
vivir a través de sus muñecas, aquellos deseos ocultos que son difíciles de
expresar por medio de la palabra, pero que en el juego se ven plasmados
perfectamente, ya que este, es el lenguaje por excelencia del ser humano. En
otras palabras, a través de éste juego no sólo se puede representar lo real,
sino también lo imaginario, reproduciéndolo a su propio placer, y corrigiéndola
conforme a sus deseos. Ya con la adquisición del lenguaje, comienzan a aparecer
en el juego diálogos y verbalizaciones, juega contando y anticipando hechos.
En relación a la temática de los
estereotipos, podemos como a través de los siglos, décadas y años, el juego
adquirió socialmente un sexo específico, determinando cual actividad lúdica es
la indicada para los niños o para las niñas, es decir, tomando como algo
estático el hecho de que los juegos de los niños son más bruscos, con mayor
contacto físico y menos verbalización, sus grupos suelen reducirse a unas pocas
personas, la mayoría sólo se limita a cuatro integrantes, y establecen una
relación jerárquica de poder. En el otro polo, nos encontramos con el juego de
las niñas, que generalmente es más verbalizado, centrado en reglas y órdenes
específicos, a diferencia de los varones, ellas poseen grupos más grande en
número de sus integrantes, y entre ellas se comprometen emocionalmente,
brindando seguridad, apoyo y comprensión al grupo. Por lo que en general,
encontramos más a menudo en los juegos de los niños, objetos tales como, armas,
súper héroes, soldados, ladrillitos, espadas, entre otros. En cambio, la
actividad lúdica en niñas, involucra muñecas, disfraces, ollas, accesorios de
imitación del hogar, adornos y artículos de belleza.
Relacionándolo con la temática elegida,
estos estereotipos son aún más evidentes cuando encontramos en las muñecas
accesorios tales como: cocina, escoba, juego de living, un gran armario lleno
de vestidos, entre otras cosas, y para destacar aún más la problemática todo de color
rosa, afianzando con mayor intensidad una grieta con una distancia cada
vez más evidente entre ambos sexos. Además, es relevante mencionar casos, como
el de varones jugando con muñecas, ollas, y a los disfraces, o niñas, jugando
con armas, soldados, y juegos de construcción, en donde el papel que cumple la
sociedad se ve amenazado por las evidentes diferencias que no encajan con el
prototipo de juego sexuado previamente programado por este gran sistema,
provocando únicamente que acreciente la grieta ya existente.
Otra temática muy importante para hablar
es la de los ideales de belleza femeninos muy extremistas del siglo 21, que se
ven aún más afectados con la figura “perfecta” de la icónica rubia. Su
voluptuoso cuerpo ofrece al público una forma poco realista de la imagen
corporal de una mujer joven, con tallas y medidas irreales para una mujer medianamente
sana, las cuales son: 91 cm de pecho; 46 cm de cintura; y 84 cm de caderas, y
con unas piernas y cuellos muy largos, algo que no es posible en la mujer promedio.
Como los niveles de cuadros de anorexia en la comunidad joven, iban en ascenso
por la continua exposición del modelo a las niñas, se decidió en 1997 cambiar
el cuerpo de la mismo, con el fin de que estos niveles fueran en descenso, cosa
que no se pudo lograr totalmente.
Hoy en día, la gran empresa Mattel, se vio
obligada a lanzar arios modelos de la muñeca con diversas etnias, colores de
piel, cabello y ojos, nacionalidades, alturas y peso. Con la esperanza de que
sus ventas volvieran a incrementas, y todas las niñas en el mundo pudieran
verse reflejadas en algunas de ellas.
Como conclusión es muy relevante tomar
conciencia del gran impacto visual que la imagen de la muñeca le proporciona a la
comunidad joven, aun así, debemos destacar que, con la gran revolución de las
computadoras y tecnología, la gran mayoría de las niñas todavía siguen
dedicándole gran parte de su tiempo a sumergirse en el mundo mágico de Barbie,
inventado, creando, utilizando el poder imaginativo y sintiendo cada juego,
como una experiencia única.
BIBLIOGRAFÍA:
- Buenaventura C. & Rebaudino V., “Nuevas infancias. Juego y consumo en una mirada transgeneracional”.
- Jáuregui Pérez I., (2013) “Influencia de modelos ideales de belleza y delgadez, propuestos por los medios de comunicación, en adolescentes mujeres”.
- Mariño N. V., (2007) “Barbie: la imposición de sus valores en nuestra cultura y su reflejo en las publicidades televisivas”.
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