Estos
juegos como el de las compras, o jugar a la mamá y al papá perduran a través
del tiempo ya que todos los niños de todas las edades y en diferentes partes
del mundo los realizan y ponen en escena. El juego es muy importante para su
aprendizaje porque tienen un carácter formativo y a través de ellos los niños
buscan y exploran el mundo por si solos. Además desarrollan diferentes
capacidades físicas por el desplazamiento que realizan, utilizando una coordinación
de psicomotricidad gruesa y fina.
Aportan un desarrollo sensorial y mental:
mediante formas, texturas, colores, etc. y un
desarrollo afectivo: experimentan emociones a través del juego. Generan un dominio
espacial propio y de los pares.
Según
Piaget el juego simbólico se da entre los 2 a 6/7 años propio del estadio pre
operacional; donde se simulan situaciones, objetos y personajes que no están presentes
en el momento del juego. Cumple un rol importante, ya que los niños pueden
expresar sus emociones y necesidades a
través de dichas representaciones.
Los juegos simbólicos son
representados tanto en niños como niñas, de diferentes edades, a medida que van
evolucionando su desarrollo cognitivo incorporan nuevas formas de jugar, adquieren
un lenguaje más amplio y establecen mejor las relaciones con sus pares.
Los
beneficios de los juegos simbólicos son:
·
comprender y asimilar el entorno que nos
rodea
·
aprender y practicar conocimientos sobre los roles establecidos en
la sociedad adulta.
·
desarrollar del lenguaje ya que los niños
verbalizan continuamente mientras los realizan, tanto si están solos como si
están acompañados.
·
Favorecer también la imaginación y creatividad.
En el juego simbólico los
niños reflejan el conocimiento de la realidad que los rodea. Cuanta más variada
es la realidad que conocen, más variados son los argumentos que utilizan.
Argumentos típicos son: jugar a las familias, a médicos, a bailarinas, a
superhéroes.
Se pueden establecer tres
categorías de juegos simbólicos:
·
Un primer grupo está formado por argumentos
que son una especie de resumen o visión simplificada de la realidad social,
observada o experimentada por los propios niños. Jugar a las casitas, a las
tiendas, o a los colegios o a cualquier otro tema de la vida cotidiana de los
adultos familiares. Estos argumentos solo exigen a los jugadores un
recordatorio de los roles y las interacciones entre ellos.
·
Un segundo argumento esta menos ligado a la
realidad de los niños. Un ejemplo puede ser jugar a superhéroes. Este tipo de
argumentos exige que se vaya estableciendo entre los jugadores un mundo de
ficción compartido que tiene poco que ver con su experiencia directa.
·
Un tercer grupo lo constituyen los argumentos
creados por cada niño. A medida que su repetición le confiere una cierta entidad
como juego diferenciado, llegara a ser identificado con una etiqueta propia: el
juego de los amigos, el juego de las princesas Disney, etc.
Cuando
el argumento es menos cotidiano, aunque su conocimiento provenga de
informaciones que los diferentes jugadores han podido extraer de fuentes
comunes (películas, cuentos,...), es necesario que se produzca en los niños una
negociación más explícita de significado de las situaciones, del valor de los
objetos y del rol de cada uno de los papeles asignados.
El juego simbólico como instrumento de terapia:
El
juego simbólico es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas,
lingüísticas, emocionales y sociales en los niños. Por ese motivo es un
instrumento privilegiado para utilizar cuando surgen dificultades a cualquiera
de esos niveles, y desplegar un buen enfoque terapéutico. El juego simbólico
amplifica las habilidades verbales para poder expresar pensamientos,
sentimientos, reacciones y actitudes con más claridad en la edad temprana de la
infancia.
Muchos
terapeutas, pues, utilizan el juego en terapia, lo que se conoce como terapia
de juego. Es muy útil para establecer una buena alianza con el niño, a partir
del juego compartido entre terapeuta y el pequeño paciente. Ayuda éste a
expresar sus sentimientos, su vergüenza, su frustración, su miedo, su angustia,
y ayuda al terapeuta a entenderlos a través de los personajes del juego. El
niño habla a través de ellos. Y el terapeuta también. El juego es un espacio
protegido, donde la realidad es expresada indirectamente, con menos censura y
menos resistencias. Es un espacio donde crear o proponer alternativas, sin
miedo a equivocarse. Se crean historias y se construyen narraciones que apuntan
a lo real, a lo que el niño y la niña viven en sus vidas reales, en casa o en
el colegio, con los padres, hermanos, compañeros. Y todo esto a través del
juego simbólico.
Porque,
hasta cierto punto, el juego es para el niño lo que el lenguaje es para el
adulto; y los juguetes son para él lo que las palabras son para nosotros. Por
lo tanto, cuando el terapeuta juega, se pone al nivel de su pequeño paciente.
Habla su lenguaje, le escucha, crea y pone significado a lo que va ocurriendo,
y le pregunta por su mundo interno a través de los personajes en juego.
Pero
no todos los juguetes sirven para la terapia, y cada uno tiene su potencial
particular. Hay juguetes que representan la vida real, como por ejemplo los
muñecos y muñecas, un maletín de médico, instrumentos de cocina, herramientas
de carpintería… Otros juguetes simbólicos sirven para la expresión y la
representación de la agresividad y el miedo, como soldados, pistolas, espadas
de plástico, serpientes, tiburones, etc. Otros juguetes están más orientados a
la expresión creativa y artística, como el barro, los lápices de colores, y
material diverso para dibujar, pintar, moldear… En terapia, es recomendable
disponer de todo el abanico, ya que cada categoría de juguete permite
plantearse diferentes objetivos en el trabajo terapéutico.
La evolución del juego simbólico:
El juego simbólico se
hace sobre representaciones y no sobre cosas reales. Las pinturas rupestres son
el primer ejemplo de ¨juego¨ simbólico. Los hombres prehistóricos las
utilizaban para actuar sobre los animales a través de sus representaciones. El
juego simbólico está claramente presente todos los niños a partir de
los 2 años de edad. El juego simbólico está presente cuando un niño toma una
piedra y juega con ella como si fuera un carro. Este niño está jugando con el
carro, no con la piedra.
Los chimpancés y otros primates tienen la capacidad de utilizar
representaciones, pueden por ejemplo usar algunas palabras, pero no aparece en
ellos ninguna forma de juego simbólico. El juego de los chimpancés tiene las
mismas características que el de todos los mamíferos. La aparición del juego
simbólico se presenta exclusivamente en los niños humanos, junto con el lenguaje
-intrínsecamente simbólico. Podemos decir que al pasar de los años también
fueron evolucionando su forma, es decir según el contexto histórico o la
cultura de cada niño, utilizaban diferentes recursos y materiales para la
realización del mismo. Como por ejemplo para jugar a las compras utilizaban
solo un recipiente y objetos de cartón creados por ellos mismos. Luego los
juguetes fueron modificándose, introdujeron nuevos modelos al mercado, de
diferentes calidades. Esto dependía también de la situación económica de la
familia del niño, ya que todos no contaban con los mismos recursos.
Hoy en la actualidad
existen diversos juguetes, de todas las formas y tamaños, creados para realizar
juegos simbólicos. Sin embargo algunos niños prefieren utilizar juguetes creados por ellos mismos, que tienen
un valor significativo extra, ya que los realizan con sus propios recursos.
¿Cómo estimular el juego simbólico?
Aunque el juego simbólico es una actividad
espontánea, los padres también pueden estimularlo.
1. Juega con tu hijo. Aprovecha cualquier ocasión
y sumérgete en el mundo de fantasía que ha creado tu hijo. Siéntate a beber té
o juega a los médicos. Disfruta de ese momento y ayúdale a aprender, intentando
que la situación sea lo más cercana posible a la realidad.
2. Asegúrate de que tenga juegos de roles. Tu hijo se sentirá más motivado
si tiene posibilidades de jugar a ser cartero, disponer de material que simule una cocinita o
un kit de primeros auxilios. De hecho, ni siquiera es necesario que compres
esos juegos, puedes confeccionarlos en casa o recrear elementos cotidianos.
3. Ayúdale a recrear personajes y
situaciones. Si
tu hijo aún es pequeño, es probable que tenga un repertorio limitado de
situaciones y personajes que puede imitar. Por eso, puedes proponerle nuevos
personajes y contextos con las que tu hijo se pueda identificar, que estimulen
el juego simbólico.
Conclusión: El
juego es importante en los niños en todas las etapas del crecimiento, ya que le
permite al niño a desarrollar sus capacidades cognitivas, psicomotriz, y
afectivo-social. También a respetar normas de la sociedad, regular su conducta,
desarrollar su imaginación y creatividad. A través del juego podemos percibir
cuestiones que con el lenguaje no alcanzamos a descifrar. Además el juego en los niños tiene propósitos educativos y también contribuye
en el incremento de sus capacidades creadoras, por
lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad.
Algunos de
los juegos más importantes son los simbólicos, ya que para
los niños todo es nuevo y sorprendente. Están inmersos en un mundo de
sensaciones y experiencias que van asimilando y almacenando a modo de
conocimientos mientras crecen. Es muy importante que los padres proporcionen a
sus pequeños el tiempo suficiente y necesario para jugar, ya que mediante el
juego simbólico, los niños pasan de ser espectadores de la realidad a ser los
auténticos protagonistas.
Podrán evocar un
acontecimiento vivido que les haya impresionado, quizás revivir una aventura
excitante, o sencillamente imitar a sus padres en cualquier situación
cotidiana.
Para ellos es muy
estimulante y divertido inventar situaciones en las que pueden hacer cosas que
a menudo, en la vida real, resultan imposibles para ellos. Jugar a ser policías
o preparar una rica comida les ayuda a entender empáticamente su entorno, a
organizar sus conocimientos y a desarrollar la memoria, la atención, la
imaginación y la creatividad.
Asimismo, es una
estupenda arma socializadora dado que al ponerse en la piel de otro personaje,
tiene la oportunidad de empatizar con los sentimientos, emociones o roles de
éstos y salir un ratito de su habitual “yo”.
También está
estrechamente relacionado al desarrollo del lenguaje infantil ya que al dar de
comer a su muñeca o acostarla, repetirá las frases
que suelen enmarcar este tipo de situaciones: “debes comértelo todo” o “es la hora
de ir a la cama“. Se observan verdaderos guiones o esquemas de escenas en estas representaciones. Esto es verdaderamente importante, porque que el niño empiece
a expresar verbalmente lo que antes sólo expresaba con acciones significa que
ha empezado a jugar con las ideas adelantando sus intenciones, sus
historias, alimentando así su imaginación y potenciando y
estimulando el desarrollo del lenguaje.
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