domingo, 18 de septiembre de 2016

LOS NIÑOS Y LOS TITERES por Hernan Hoyos

Seguramente cuando éramos niños, o porque no de adultos, hemos construido, o jugado con un títere.
Analizar el juego con títeres, implica una doble mirada; por un lado, la mirada desde el área práctica y manual, que va a significar la construcción del mismo poniendo en juego las diferentes técnicas, pero también la imaginación y la creación. Y por otro lado, la mirada del títere como un medio para desarrollar un juego simbólico o dramático y que a través de la improvisación y la imaginación se pone en juego la libre expresión.
En este escrito, el centro temático va a ser el juego con los títeres y no su construcción, es por esto que me planteo los siguientes interrogantes: ¿Es importante jugar con títeres en la niñez? Y si así fuese ¿Qué supone para el niño jugar con los mismos?

Para comenzar, considero que es importante inducir diversos aspectos y concepto que van a dar desarrollo a este escrito respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Qué es un juego? ¿Qué tipos de juegos hay? ¿Qué es un títere? ¿Qué tipo de juego son los títeres? ¿Qué es considerado un juego dramático?
Johan Huizinga en su libro “Homo ludens”(1938) define al juego como una acción u ocupación que se desarrolla dentro de ciertos límites de lugar, tiempo, y voluntad, siguiendo ciertas reglas libremente consentidas y que por momentos es acompaña de tensión, aunque también conlleva alegría y distensión. 
Para Jean Piaget, el juego y los juguetes son materiales útiles para el desarrollo psicomotor, cognitivo y del lenguaje en los niños, porque a través de ellos, los niños asimilan  y acomodan el conocimiento que obtienen del mundo que los rodea y de sí mismo. Piaget, elabora una clasificación en donde distingue diversos tipos de juegos: los juegos funcionales o de ejercicio que son propio del estadio sensorio motriz y que consisten en realizar una acción con o sin objeto repetitivamente por el placer de obtener un resultado inmediato.
Otros, son los juegos simbólicos, que se dan predominantemente en los niños de 3 a 5 años y es aquí donde se hace uso de la representación recientemente adquirida que le permite transformar la realidad en un juego de “como si”, proyectando sus deseos y necesidades sobre los objetos. En esta etapa, los niños también son capaces de planificar el juego y de ir improvisando situaciones y soluciones.
Estos juegos también se conocen como “juegos dramáticos” ya que el niño pretende representar un rol real o imaginario usando su ser como “juguete” o un objeto propiamente dicho.
Entonces, considerando al títere como “un objeto inanimado que cobra vida a partir de la participación activa de manipulador”[1], podemos afirmar que jugar con títeres es un juego simbólico o dramático, ya que los niños a través de sus representaciones dan “alma” a ese objeto haciendo del títere un mediador entre la realidad y el mundo interno infantil, manifestando una acción con característica de juego.
Es importante destacar también, que jugar con títeres favorece la imaginación y la creatividad y contribuye con el desarrollo del lenguaje, ya que constantemente los niños establecen estrategias de comunicación y dialogo, ya sea que estén solos o acompañados.
Otro tipo de juego que propuso Piaget son los juegos con reglas que se empiezan a dar predominantemente en los niños de 5 años en adelante donde el juego supone el reconocimiento, la aceptación y la conformidad con reglas pre-establecidas que rigen el mismo. Estos juegos enseñan a los niños a ganar y perder, a respetar turnos y normas y a considerar las opiniones o acciones de los compañeros de juego.
Considerando otras clasificaciones establecidas podemos decir que el juego de títeres es un juego de exterior como de interior, ya que se puede desempeñar tanto en espacios grande como reducidos. Puede ser un juego libre, ya que el niño puede decidir por sí solo como, con quien y con qué tipo de títere jugar, pero también puede ser dirigido, en este caso es el adulto quien establece la duración, es espacio y la dinámica del juego. Considerando el número de participantes puede ser un juego individual, en pareja, grupal o paralelo.


Luego de haber investigado y analizado el tema plantado, he llegado a la conclusión de que es válido afirmar los interrogantes plantados en la introducción del presente trabajo. Considero que desempeñar el juego con títeres en la niñez es una herramienta eficaz, enriquecedora y de suma importancia en lo que tiene que ver con el desarrollo cognitivo, social, emocional y psicomotor del niño.
El títere resulta ser un medio donde el niño expresa por medios de palabras, gestos y accionares sus emociones, necesidades, miedos, fantasías, sensaciones, sentimientos, ideas y pensamiento poniendo en ejercicio su capacidad de crear, pensar, imaginar y comunicar. Por medio de los títeres los niños tienen la capacidad de hacer fantástico un mundo real.   




[1] Rogozinski Viviana. “El juego con títeres. Un taller laboratorio”. Ediciones Novedades Educativas.

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