Seguramente cuando éramos niños, o
porque no de adultos, hemos construido, o jugado con un títere.
Analizar el juego con títeres,
implica una doble mirada; por un lado, la mirada desde el área práctica y
manual, que va a significar la construcción del mismo poniendo en juego las
diferentes técnicas, pero también la imaginación y la creación. Y por otro lado,
la mirada del títere como un medio para desarrollar un juego simbólico o
dramático y que a través de la improvisación y la imaginación se pone en juego
la libre expresión.
En este escrito, el centro temático
va a ser el juego con los títeres y
no su construcción, es por esto que me planteo los siguientes interrogantes: ¿Es
importante jugar con títeres en la niñez? Y si así fuese ¿Qué supone para el
niño jugar con los mismos?
Para comenzar, considero que es
importante inducir diversos aspectos y concepto que van a dar desarrollo a este
escrito respondiendo a las siguientes preguntas: ¿Qué es un juego? ¿Qué tipos
de juegos hay? ¿Qué es un títere? ¿Qué tipo de juego son los títeres? ¿Qué es
considerado un juego dramático?
Johan Huizinga en su libro “Homo
ludens”(1938) define al juego como
una acción u ocupación que se desarrolla dentro de ciertos límites de lugar,
tiempo, y voluntad, siguiendo ciertas reglas libremente consentidas y que por
momentos es acompaña de tensión, aunque también conlleva alegría y distensión.
Para Jean Piaget, el juego y los
juguetes son materiales útiles para el desarrollo psicomotor, cognitivo y del
lenguaje en los niños, porque a través de ellos, los niños asimilan y acomodan el conocimiento que obtienen del
mundo que los rodea y de sí mismo. Piaget, elabora una clasificación en donde
distingue diversos tipos de juegos: los juegos
funcionales o de ejercicio que son propio del estadio sensorio motriz y que
consisten en realizar una acción con o sin objeto repetitivamente por el placer
de obtener un resultado inmediato.
Otros, son los juegos simbólicos, que se dan predominantemente en los niños de 3 a
5 años y es aquí donde se hace uso de la representación recientemente adquirida
que le permite transformar la realidad en un juego de “como si”, proyectando
sus deseos y necesidades sobre los objetos. En esta etapa, los niños también son capaces de planificar el
juego y de ir improvisando situaciones y soluciones.
Estos juegos también se conocen
como “juegos dramáticos” ya que el
niño pretende representar un rol real o imaginario usando su ser como “juguete”
o un objeto propiamente dicho.
Entonces, considerando al títere como “un objeto inanimado que
cobra vida a partir de la participación activa de manipulador”[1],
podemos afirmar que jugar con títeres es un juego simbólico o dramático, ya que
los niños a través de sus representaciones dan “alma” a ese objeto haciendo del
títere un mediador entre la realidad y el mundo interno infantil, manifestando
una acción con característica de juego.
Es importante destacar también, que
jugar con títeres favorece la imaginación y la creatividad y contribuye con el
desarrollo del lenguaje, ya que constantemente los niños establecen estrategias
de comunicación y dialogo, ya sea que estén solos o acompañados.
Otro tipo de juego que propuso
Piaget son los juegos con reglas que
se empiezan a dar predominantemente en los niños de 5 años en adelante donde el
juego supone el reconocimiento, la aceptación y la conformidad con reglas
pre-establecidas que rigen el mismo. Estos juegos enseñan a los niños a ganar y
perder, a respetar turnos y normas y a considerar las opiniones o acciones de
los compañeros de juego.
Considerando otras clasificaciones
establecidas podemos decir que el juego de títeres es un juego de exterior como
de interior, ya que se puede desempeñar tanto en espacios grande como reducidos.
Puede ser un juego libre, ya que el niño puede decidir por sí solo como, con
quien y con qué tipo de títere jugar, pero también puede ser dirigido, en este
caso es el adulto quien establece la duración, es espacio y la dinámica del
juego. Considerando el número de participantes puede ser un juego individual,
en pareja, grupal o paralelo.
Luego de haber investigado y analizado
el tema plantado, he llegado a la conclusión de que es válido afirmar los
interrogantes plantados en la introducción del presente trabajo. Considero que
desempeñar el juego con títeres en la niñez es una herramienta eficaz, enriquecedora
y de suma importancia en lo que tiene que ver con el desarrollo cognitivo,
social, emocional y psicomotor del niño.
El títere resulta ser un medio donde
el niño expresa por medios de palabras, gestos y accionares sus emociones,
necesidades, miedos, fantasías, sensaciones, sentimientos, ideas y pensamiento
poniendo en ejercicio su capacidad de crear, pensar, imaginar y comunicar. Por
medio de los títeres los niños tienen la capacidad de hacer fantástico un mundo
real.
[1]
Rogozinski Viviana. “El juego con títeres. Un taller
laboratorio”. Ediciones Novedades Educativas.
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