Para Jean Piaget, el
juego forma parte de la inteligencia del niño, porque representa la asimilación
funcional o reproductiva de la realidad según cada etapa evolutiva del
individuo. Este autor asocia tres estructuras básicas del juego con las fases
evolutivas del pensamiento humano: el juego es simple ejercicio (parecido al
anima); el juego simbólico (abstracto, ficticio); y el juego reglado
(colectivo, resultado de un acuerdo de grupo).
El juego es el
trabajo de los pequeños y contribuye a todos los dominios del desarrollo. A
través de él los niños estimulan los sentidos, aprenden a utilizar sus
músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen el dominio sobre su
cuerpo y adquieren nuevas habilidades. Desarrollan destrezas para solucionar
problemas, experimentan el gozo de la creatividad y se tornan más competentes
con el lenguaje.
Desde nuestro punto
de vista, a medida que los niños se hacen mayores, su juego tiende a ser más
interactivo y cooperativo. Al principio juegan solos, luego junto a otros niños
y finalmente en compañía de ellos. El juego comienza cuando el niño es bebé, ya
que éste interactúa y se relaciona con la realidad exterior y la fantasía.
La forma más simple,
la cual comienza durante los primeros años, corresponde al “Juego funcional”
que involucra movimientos musculares repetitivos. Luego de haberse desarrollado
las habilidades motoras gruesas, los nenes de preescolar ya son capaces de
poder correr, saltar, apuntar hacia algo, lanzar a algo, etc. Es en el final de
esta etapa y el comienzo de la niñez intermedia donde el “juego rudo” se
empieza a ver más, sobre todo en los varones. Este tipo de actividad incluye lo
que es la lucha, las patadas y a veces las persecuciones.
Más tarde entramos a
lo que se conoce como el “juego constructivo” o de construcción y destrucción,
que sería el segundo nivel de complejidad cognitiva. En este, los niños
pequeños y del preescolar son capaces de utilizar objetos y materiales para
realizar cosas. Aquellos niños que van a guarderías, que se encuentran en los 4
años de edad, se pasan más de la mitad de su tiempo en esta clase de juego, el
cual se define más a los 5/6 años. Además, aparece el juego espontáneo, donde
el niño va a jugar con aquello que tiene a su alcance y en donde esté. El nene
construye y destruye por la dicha satisfacción de hacerlo. Como ejemplo podemos
mencionar los bloques o ladrillos, los juguetes de arrastre, entre otro más.
Al final de la etapa
sensorio motora Piaget señala que surge el “Juego de simulación”, también llamado
“juego fantasioso, dramático, imaginativo o de fingimiento”. Los niños de 3 años determinan la
comprensión del significado de la simulación cuando se excusan por una acción
diciendo “sólo estaba fingiendo”. Este tipo de juego va a ir aumentando a
medida que están en el año preescolar y luego disminuye a medida que los niños
en la escuela se involucran en el cuarto nivel cognitivo del juego.
Es en esta etapa,
donde aparecen los juegos simbólicos, estos juegos de imitación se relacionan
con el medio familiar y social que rodea al niño. Ejemplos de este tipo de
juego son: imitar a la mamá barriendo, planchando, haciendo que se va de viaje
con la familia, jugando a la maestra y los alumnos.
Luego, de 4 a 8 años,
aparece otro tipo de juego, el “asociativo”, en el cual el niño necesita de
compañías en sus juegos. En esta etapa surgen los roles a la hora del juego, y
así se desarrollan las primeras actividades regladas. Son ejemplos, los juegos
de carreras, juegos de cartas, ajedrez, entre otros.
Más adelante, se va
reforzando el juego colectivo, donde el niño trata a sus pares por igual,
teniendo todos los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Podemos afirmar que,
de 8 en adelante, nos encontramos con el “Juego competitivo”, donde surgen los
famosos grupos de personas que sienten una relación cercana, o íntima e intensa
entre ellos teniendo una amistad. Es ahí donde comienzan las divisiones y las
peleas entre los individuos.
Los juegos serán
numerosos y el lenguaje va a tener una gran relevancia, debido a que se
llevarán a cabo reglas de juegos, discusiones y planes de acción. Destacan,
como mencionamos anteriormente, las actividades con reglas complejas, donde se
requiere aplicar la lógica, análisis metódico y estrategia. Crean sus propios
dogmas de pensamiento, modelos sociales y filosofías de vida. Estas actividades
evolucionan hacia lo que entendemos como los juegos deportivos.
Conclusión:
Con la realización de
este trabajo hemos concluido que, a partir del nacimiento, el niño va
evolucionando en el juego e integrando nuevas habilidades cognitivas,
emocionales y socio afectivas.
Además, desde nuestro
punto de vista, podemos afirmar que el juego es muy imprescindible en el
desarrollo del sujeto, llevando a la exploración, conocimiento y el encuentro
entre sus pares a través de la experiencia. Es considerado una forma eficaz ya
que por medio de esta actividad los niños aprenden, reflejan y transforman
activamente la realidad. El juego los ayuda a crecer, por eso no se debe
limitar al niño en esta actividad lúdica.
Para seguir pensando:
¿Al pasar a la
próxima etapa del juego, las estructuras lúdicas anteriormente adquiridas, se pierden, se transforman o se incluye en una
estructura de pensamiento superior?
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