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l juego es una
actividad que acompaña la experiencia cotidiana de los niños, constituye su lenguaje, su
derecho, es una forma de expresión cultural y social, está ligado tanto al placer,
como a la libertad, la creatividad y al deseo de aprender.
Jugar posibilita
fortalecer la confianza en sí mismo, el vínculo con los demás y las actitudes
solidarias. Estimula el desarrollo de la creatividad, la imaginación y el
lenguaje. Fortalece el desarrollo sensorio motriz. Permite expresar
necesidades, sentimientos, emociones e intereses para poder trabajar y
aprender.
Desde la
antigüedad se han buscado formas de entretenimiento y competencia usando elementos
que se tenían a mano, como por ejemplo;
piedras, maderas, huesos, tableros dibujados en la tierra y también las
cosas que la misma naturaleza les ofrecía.
Desde los
primeros habitantes hasta la actualidad, niños, jóvenes y adultos se han
expresado a través del juego.
Años antes, los
juegos se dividían para niños y para niñas.
Mientras que los
niños jugaban a las escondidas, bolitas o policías y ladrones; las niñas
jugaban a la casita, con las muñecas o la cocinita.
Luego, poco a
poco las niñas empezaron a intervenir en el juego de los niños, aunque estos aún
tenían cierta dificultad en participar en los juegos de las niñas, por diversas
críticas.
Los tiempos
fueron cambiando y, aquellos juegos tradicionales y divertidos para muchos de
los niños han quedado atrás.
Entrevista a una pareja de
abuelos:
-¿A que jugaban cuando eran chicos?
Nosotros nos hacíamos los
juguetes mismos, con las latas de las cajitas de dulce de batata que venían de
madera; con eso hacíamos los carritos, camioncitos, tractores. Cortábamos las rueditas
de madera.
Cuando tenía ocho años, tuve mi
primer autito de juguete, que me lo habían regalado porque había venido junto
con un juego de dormitorio nuevo que mis papás se habían comprado.
Después jugábamos con las
pelotas de trapo y más tarde con las de goma.
También jugábamos con la gomera
y junto teníamos una bolsita con las piedras para cazar pajaritos.
Yo, de mi parte jugaba a las
muñecas y a la casita. También jugábamos al tejo, la soga. Cuando íbamos a la
escuela jugábamos a la mancha, al huevo podrido, a la banderita.
-¿De qué material eran las muñecas?
De plástico, todas iguales con
trenzas.
-¿Cómo era el juego de la banderita?
De un lado se ponían 5 o 6
chicos y del otro lado igual. Uno tenía la banderita, venia el otro corriendo,
se la robaba y salía corriendo de nuevo; y si lo atrapaban perdía.
Las formas de
jugar han cambiado y se está transformando la educación de los niños con la
innovación de juguetes electrónicos.
En la
actualidad, la tecnología ha terminado con la mayoría de los juegos infantiles
tradicionales que les permitían a los niños compartir un poco más, no sólo con
los hermanos y amigos, sino también con los padres, abuelos, entre otros.
Los niños a edades más tempranas están
demandando juguetes tecnológicos.
En estos tiempos
es tan común ver a un niño con su Tablet, sentado frente a una computadora o
jugando a los videojuegos por horas, creando un mundo centrado en él y en el
aparato.
Al igual que
bebés jugando con el celular de sus padres.
Haciendo
hincapié en los juegos tradicionales que nuestros abuelos jugaban y los juegos
de la actualidad, (mayoritariamente tecnológicos), se pueden establecer varias
diferencias.
La principal,
entre ambas clases de juegos es el tipo de actividad que requieren de la
persona, de manera que, con cada tipo de juguete se estimula y favorece
aprendizajes diferentes.
Los videojuegos,
computadoras infantiles, televisión, etc., en sí, no hay niño que no los
conozca y la mayoría los utiliza en su momento de ocio, y hasta los llegan a
convertir en sus juguetes favoritos.
Jugar de esa
forma no implica desechar lo tradicional como las muñecas, la casita;
porque cada actividad complementa a la otra y
aporta diversos beneficios. Los
mismos pedagogos aseguran que la
era virtual ayuda al desarrollo de la parte motora fina, es decir, los dedos,
la vista y el cerebro, pero deja de lado la socialización, lo que hace a
la persona que los juega más
individualista y pasiva. Con esto estamos expresando que los juegos de
la actualidad sí logran aportan cosas positivas a los niños.
Datos de las Cámara
Argentina de la Industria del Juguete dicen que la edad de jugar con
objetos lúdicos se ha acortado; si antes las niñas se entretenían con muñecas
hasta los 11 años, hoy a los siete ya quieren una computadora y/o celular.
Y los juegos
también han cambiado: la Fundación
Alimentum, en su II Sondeo de Opinión sobre Hábitos de Estilos de Vida
Saludables, en España, arrojó que el 97% de los padres considera muy
importante que sus hijos realicen diariamente ejercicio físico, pero cuatro de
cada diez reconocen que sus niños no lo llevan a la práctica.
En el mismo
sentido, la mayoría considera que los juegos de su infancia eran más saludables
que las formas de entretenimiento de los niños de hoy.
Las diferencias
entre las generaciones actuales y las antiguas son evidentes para cualquiera
que se haya criado desde los años 80 hacia atrás.
Salir a jugar a
la calle y no volver hasta que oscurecía, era parte de aquello. La infancia del
pasado parece haber sido más sociable y con una vida familiar más importante y
prioritaria que en la realidad de hoy, donde existen las redes sociales y la
posibilidad de encontrar cualquier información sin salir de casa, tan solo
navegando en Internet.
“La vida de barrio permitió
crecer de manera más libre y autónoma, en comparación a los niños de hoy. La
confianza en su entorno también permitía sentir que el mundo era más seguro”, asegura Paulina Sarmiento, psicóloga
clínica, Magíster en Salud Mental Infantil e Intervención Temprana, supervisora
clínica de los centros de Atención Psicológica de Universidad de Las Américas y
docente de la misma casa de estudios.
Por otro lado
agrega: “A favor de la infancia de hoy, debemos rescatar la capacidad cognitiva que han desarrollado los niños: su mirada es más
evolucionada que la de los chicos de antes, ven resoluciones simples a problemas que
para los adultos parecen complejos”.
Con lo relatado
anteriormente, queremos llegar a una conclusión para así afirmar que ambos juegos, tanto los de
antes como los de ahora, aportan cosas positivas a los
niños.
A pesar de que
los juegos que nuestros abuelos jugaban hoy en día ya no son tan practicados,
ya sea por el avance de la tecnología, como también por la enorme inseguridad
que hay en la actualidad, (hacemos
referencia a la inseguridad, ya que la gran mayoría de los juegos de antes, se
llevaban a cabo fuera de la casa, en la calle, vereda, patio, etc.) existen todavía
ciertos juegos de la antigüedad que se siguen practicando en las escuelas de la
actualidad.
Autora: Sofía Invilkenried
Los juegos van evolucionando según la época. Ahora todo lo que tenga pantalla atraen a los niños tablets, computadoras, play station... No quiero que en el futuro padezcan problemas de visión por lo que los obligo a jugar en el jardín de casa unas cuantas horas al día. La mejor idea que tuve fue comprarles coches eléctricos para niños como los Nenecars pasan horas jugando con esos juguetes. Me parecen mucho más sanos que los videojuegos.
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