martes, 31 de octubre de 2017

Juegos de ayer y de hoy

El juego es una actividad que siempre ha existido en la vida de los niños, ya que forma parte de la vida de una persona; es importante para el aprendizaje y el desarrollo integral de los mismos puesto que aprenden a conocer la vida jugando.

El jugar es vital para el desarrollo en la infancia, ya que a través del juego se ponen en práctica todas las habilidades que favorecen la maduración y el aprendizaje, esto mismo les proporciona placer y satisfacción.
Los juegos antes eran diferentes, por otra parte cambiaron muchas cosas a través de las épocas, primeramente podíamos sacar juguetes al patio, llevarlos al parque, salir a correr, jugar a la rayuela, jugar a las balitas, el ladrón y el policía, la mancha y demás, a veces hacer las cosas sin supervisión de nuestros padres, hermanos, abuelos, porque estábamos seguros de que retornaríamos a casa completos y en perfecto estado, pero actualmente el salir a jugar solo sin observación de un mayor se imposibilita a causa de la evolución de los tiempos y se ha tornado algo peligroso, en fin, el día de hoy tenemos que salir con el permiso y la vigilancia de un adulto.
Pero no sólo es eso, también los chicos se volvieron más caprichosos en el sentido de preferencia a la tecnología puesto que ahora los chicos prefieren estar en sus casas en frente de una computadora, tablet, celular, televisor antes que estar afuera jugando con otros chicos, disfrutar del aire libre, lastimarse, ensuciarse la ropa, y demás, cosas que forman parte de la niñez de cada uno de ellos. La imaginación de los niños se fue deteriorando por toda la tecnología del hoy, que poco a poco debido a todos estos grandes cambios fueron quemando etapas de su infancia.
Papás y mamás, abuelos y abuelas, tíos, tías y adultos en general, somos quienes debemos asumir con las nuevas generaciones la responsabilidad de transmitirles el valor cultural de los juegos y juguetes tradicionales. Éstos pueden ser un importante vehículo para preservar conocimientos significativos y construir vínculos mediante actividades que nos permitan compartir y así estimular el desarrollo integral de los niños y las niñas.
Por si la memoria traiciona, aquí hay algunas pautas para ayudarnos a recordar:
La Rayuela:
Se traza en el suelo (de tierra, piedra o suelo artificial) un diagrama constituido generalmente por una serie de rectángulos coronados por un semicírculo. El número de casillas varía entre 6 y 16, las más populares están constituidas por 9 u 11 compartimientos. Los jugadores, que pueden ser dos o más, poseen tejos personales o colectivos, hechos de madera, piedra, hierro, etc., que van arrojando a las sucesivas casillas de donde tendrán que ser recogidos. El modo de hacerlo es el siguiente: el primer jugador arroja su tejo al primer compartimiento, entra saltando en un pie y lo levanta, para luego salir en la misma forma en que entró; lo mismo hace con las otras casillas, hasta llegar a la última.
El jugador pierde cuando asienta ambos pies en casillas donde ello no es permitido, cuando pisa las líneas del diagrama, cuando al arrojar el tejo éste queda sobre una raya o en una casilla distinta de la prefijada y cuando equivoca el recorrido del diagrama.

Juegos que no deberíamos dejarlo en el olvido.

La escondida:
Uno de los chicos ocupa la "piedra" (un punto ideal en la pared, sobre el que debía apoyarse con un brazo flexionado y los ojos cerrados descansando sobre éste, para no "espiar"), y allí realiza la "cuenta" durante la cual el resto de los jugadores deberán buscar un escondite adecuado. "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez... punto y coma, el que no se escondió se embroma" así comienza la búsqueda. Cuando encuentra a un niño ("¡Piedra libre para Carlitos que está detrás del árbol!") se inicia entre ambos una carrera hasta la "piedra": si el "descubierto" llega primero y grita "piedra libre", queda, en efecto, "libre", y en caso contrario queda "prisionero" del guardián de la "piedra".
Podría ocurrir que en alguno de estos alejamientos exploratorios uno de los "escondidos" saliera furtivamente de su lugar y tocando la pared profiriese el grito liberador y solidario de "piedra libre para todos mis compañeros", con lo que termina el juego y el guardián vuelve a "contar".
La mancha.
Básicamente, el juego consiste en que uno de los jugadores debe atrapar a los demás, que pueden usar el "gancho" para evitarlo, existen distintas variantes: venenosa (los chicos debían apoyar la mano en la parte tocada), congelada (el chico tocado debía permanecer en la posición en que se encontraba en el momento de ser tocado) , agachada (si el chico se agachaba no podía ser tocado), pared (si conseguía llegar hasta la pared no podía ser atrapado), televisor (se debe mencionar un programa de televisor para tener impunidad).
Lobo está:
Uno de los jugadores asume el papel del "lobo" recluido en su cueva y sostiene este diálogo con los miembros del coro, mientras se "viste" cuidadosamente:
Coro: Juguemos en el bosque
mientras el lobo no está.
¿Lobo está?
Lobo: Me estoy poniendo los pantalones, etc.
Diálogo que se rompía cuando el "lobo", revestido con todas sus prendas, salía de su reducto e iniciaba la cacería de los "preguntones".
En las tardes frías podemos explorar diferentes juegos de mesas como las loterías, los juegos con cartas, juegos con palabras; que afianza el vínculo el dialogo en familia.
Si bien no se ha perdido estos juegos porque algunos niños conserva la inocencia de ellos, deberíamos ponerlos más en práctica; esta tarea está en manos de los adultos. 

Autora: Sabina Gilardone

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO AL AIRE LIBRE

“Se reconoce que el juego ha sido y es caracterizador de la especie humana, es manifestación de cultura. En el juego (y en el jugador) no existe un particular interés por la producción, sino más bien en el juego como un fin en sí mismo”   

Johan Huizinga

La sociedad va cambiando y de nosotros depende aprovechar aquellas cosas que nos benefician y frenar las posibles consecuencias de los cambios negativos.
 Es un hecho que los niños tienden a quedarse en casa en sus ratos de ocio y que cada vez más prefieren divertirse con sus computadoras, celulares, tables y demás aparatos electrónicos que los lleva a estar solos y en su propio mundo. Muchos padres no saben lo importante y beneficioso que es que sus hijos puedan jugar al aire libre.
Los niños desde pequeños deberían estar en contacto con la naturaleza para que aprendan a interactuar con el entorno que los rodea y poder estimular su creatividad. En esta “aventura” de jugar al aire libre no tienen por qué estar solos, lo pueden hacer en compañía de su familia, ya que muchas veces se necesita la incentivación de parte de los padres para que los niños puedan salir a jugar.  

Los juegos al aire libre van a potenciar la creatividad del niño. Ellos estarán abiertos a las “sorpresas”, al conocimiento, curiosidad, que puedan aparecer en esos espacios y en esas situaciones de juegos que se desarrollan en la calle. Como, por ejemplo, preguntarse sobre las plantas, insectos, cambios de clima, cambio de estación y demás cosas que estimula el aprendizaje del niño.
 Por todo esto el juego favorece la imaginación, el desarrollo cognitivo y creativo, agudizando el ingenio.
Además de ser más creativos, los niños que suelen jugar afuera son sujetos más autónomos e independientes. Esto es una herramienta fundamental para que el niño pueda aprender a “afrontar” sus problemas.
Los juegos al aire libre van a proporcionar más actividad física, evitando el sedentarismo y la obesidad. La regularidad del estar y jugar en espacios abiertos ayuda a los niños a adquirir buenas costumbres y con probabilidad que en el futuro también lo hagan y constituirse como personas activas físicamente y, eventualmente, sin problemas de salud, obesidad y/o altos niveles de colesterol.
Apagar la playstation, el televisor o celular y salir a la calle a jugar a la pelota o a la plaza son actividades que se recomiendan a todas las edades, a las familias y no solo a los niños pequeños.
Otro aspecto importante que destacar es que el juego al aire libre favorece la relación con otros niños, lo que es complicado si siempre juegan en sus casas. Aquí los niños van a aprender a socializar, compartir, respetar reglas y muchas otras cosas más.
Además, favorece el desarrollo psicomotor, ya que fomenta la coordinación, el equilibrio, la organización espacio temporal, la motricidad fina y gruesa, ayuda a reforzar la marcha, a correr, a saltar, entre otras cosas. Es decir, puede utilizar todo su cuerpo en un ambiente de libertad.
Para Beatriz Caba, directora de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar, dice “cuando un pequeño tiene espacios de diversión se fortalece su autoestima, sus pasiones, e incluso se estimula la lógica matemática. Por eso, los adultos no deben jugar con ellos durante tiempos establecidos ni con consignas estructuradas; deben observar, escuchar y seguirlos. En conclusión, dejarse llevar”.








Consejos a padres, para que lo dicho anteriormente se lleve a cabo:

·        Los padres deben facilitarles a los niños que descubran sus cuerpos y disfruten de juegos al aire libre como arena, tierra, barro, etc
·        Desconectarlos de todo tipo de aparatos electrónicos (teléfonos celulares, tablets, etc.) y motivarlos a que salgan de la casas a jugar
·        Llevarlos a lugares donde estén todo un día en contacto con niños y con la naturaleza
·        No tenerle tanto miedo a la suciedad, virus o bacterias y dejar que el niño juegue libremente.

 En conclusión, los adultos deben dejar que los niños se expresen libremente, que jueguen, que exploren, que interactúen con sus pares, con la naturaleza y también con sus padres.
 Tenemos que evitar que el niño pase mucho tiempo en actividades solitarias, usando aparatos electrónicos, que lo aleja de poder relacionarse con los demás, desarrollar su creatividad, imaginación, sumergirse en otros mundos posibles.
 Se debe dejar al niño que descubra y aprenda todos los beneficios que tiene el juego para brindarle. Motivarlos y ayudarlos a que lo hagan sin ningún miedo.



Bibliografía:


·        Papalia, Diane E. “El juego en el desarrollo infantil
·        Ramayo O. (2011). El juego y el deporte en el futuro. “Revista Maestra”, 30-31-32


Autora:
Aldana Donda

lunes, 30 de octubre de 2017

Los juegos y los niños: recursos que superan espacios y tiempos.

En todos los países del mundo, el deporte, la recreación y el juego influyen positivamente en la salud física y mental. Esas actividades enseñan importantes lecciones sobre el respeto, la capacidad de liderazgo y la colaboración.

UNICEF aprovecha el potencial del deporte, la recreación y el juego dentro de sus programas en diversos países. Está formando alianzas con todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos hasta el mundo deportivo y la sociedad civil, con el fin de promover el acceso de los niños y las niñas a los campos deportivos y darles a conocer tanto a ellos como a sus familias los beneficios de la actividad física y el juego.

APRENDER JUGANDO
Los juegos proporcionan a los niños oportunidades de aprendizaje y son muy importantes para el desarrollo del cerebro en la primera infancia. Los primeros años de vida repercuten de forma decisiva en el futuro de los niños.

UN COFRE LLENO DE SUEÑOS Y ESPERANZAS

A primera vista no es más que una caja de metal. Pero al abrirla, la caja de recreación de UNICEF, llena de juegos y juguetes, ayuda a sanar a los niños y niñas cuyas vidas han resultado gravemente afectadas en épocas de crisis.
El cofre, que contiene elementos hasta para 40 pequeños, incluye diversas clases de pelotas, cuerdas de saltar, colores, tiza, cintas métricas, silbatos y libretas para anotar puntajes. Las panderetas, sonajeros, tambores, disfraces para danzar y juegos autóctonos (adaptados a la cultura local de cada país al que se envía) estimulan a los chicos a expresarse. Una guía para los maestros, producida en cada país y traducida al idioma local, garantiza que las actividades tengan un verdadero efecto curativo. Hay cofres llenos de todo lo que se requiere para jugar fútbol, baloncesto, voleibol o balonmano.
Esos elementos se utilizan actualmente para crear ligas infantiles femeninas, impartir clases de educación física en las escuelas y crear clubes deportivos locales.

OFRECER A LA INFANCIA EL MEJOR COMIENZO EN LA VIDA
Los niños y niñas juegan en cualquier parte y con cualquier cosa: en ambientes organizados, en el jardín infantil y en el hogar, con los materiales más sencillos –agua, arena, cartón, bloques de madera, ollas y tapas– sirven para desarrollar el lenguaje y la capacidad de análisis y la toma de decisiones. Los padres, las madres, los familiares y las demás personas que cuidan a los menores deben convertir el juego en un aspecto central del proceso de desarrollo y aprendizaje de los niños.

Las escuelas son el lugar ideal para el deporte, la recreación y el juego, debido a la cantidad de niños y adolescentes que pasan por ellas. Estas actividades mejoran la calidad de la educación porque favorecen el desarrollo integral y no solo las capacidades intelectuales del alumno. Además, aumentan el número de matrículas, estimulan el aprendizaje y mejoran la asistencia y el rendimiento. Durante las clases de educación física, los maestros dan información sobre hábitos saludables y maneras de evitar las enfermedades. Los alumnos transmiten luego esa información a sus familiares.

El juego es una manera eficaz de acercarse a los niños y adolescentes marginados, o a aquellos contra quienes se ejerce algún tipo de discriminación, los que tienen limitaciones mentales o físicas, los que viven o trabajan en la calle. Para ellos, representa compañía, apoyo, sentido de pertenencia y conexión emocional.

CICATRIZAR LA HERIDA DE LOS CONFLICTOS
Dado la ausencia de una estructura escolar formal, el deporte, la recreación y el juego constituyen mecanismos de educación infantil no solo durante los conflictos y las emergencias, sino también después de ellos, y son de gran ayuda para que la gente sane emocionalmente y pueda reconstruir su vida. Esas actividades tienen la capacidad de rehabilitar a los niños y niñas que han resultado traumatizados, de reintegrar a la sociedad a los niños y de recuperar el espíritu de comunidad.

Por el mundo!!
UNICEF ha establecido una alianza con la CONMEBOL, el organismo regional del fútbol en Sudamérica. La Copa América de 2004 está dedicada a UNICEF con el lema “¡Con los niños, sí se gana!” Por medio de la promoción y la recaudación de fondos, aliados deportivos, el sector privado y UNICEF colaboraron para prestar apoyo a programas para el desarrollo de la primera infancia en muchos países del mundo. El mensaje es que los niños y las niñas necesitan desarrollar su fortaleza física y emocional al comienzo de la vida. Actividades en estadios, emisiones de radio y televisión y otros actos extradeportivos contribuyeron a la difusión de este mensaje.

En Colombia, el proyecto Fútbol para la Paz es una alianza entre la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el Programa Colombia Joven, los ministerios gubernamentales y el sector privado. Están rehabilitando espacios públicos y convirtiéndolos en campos de fútbol con el objeto de promover la tolerancia y la resolución de los conflictos. El proyecto contribuye a que las comunidades comprendan que los niños y las niñas, tienen derechos y ningún menor debe ser marginado. Para promover la equidad entre los sexos, niños y niñas juegan en el mismo equipo. Alrededor de 20.000 niños, niñas y adolescentes entre los 11 y los 22 años, y 5.000 entrenadores de 50 municipios, participan en el proyecto Fútbol para la Paz. Se calcula que estos mensajes de paz llegan a más de 50.000 personas en Colombia.

…Uno de los beneficios del deporte es que acerca a los jóvenes. El deporte ayuda a superar las diferencias y los problemas porque modifica la conducta social y favorece el desarrollo de los niños y los jóvenes mediante un proceso pacífico. La actitud de los niños y los jóvenes puede cambiar a través de la práctica del deporte… explica Salah Hussein Wasughe, miembro de un club deportivo de Jowhar, Somalia.

Para finalizar tomamos las palabras de la Directora Ejecutiva de UNICEF, quien nos conmovió con su objetivo de trabajo en la organización: “tenemos un sueño, que los niños y las niñas disfruten de patios de recreo, campos y estadios nuevos y rehabilitados; que las escuelas incluyan la educación física en sus planes de estudio, y que los niños y las niñas tengan espacios donde poder jugar y entretenerse sin correr peligro. Soñamos con que los maestros reciban capacitación en educación física, y con que los padres y las madres, los jóvenes y los demás miembros de la comunidad se capaciten como entrenadores. Aspiramos a que nuestros niños y niñas crezcan sanos, comprometidos con sus familias y sus amigos, y preparados para el trabajo y para asumir las responsabilidades que, como ciudadanos, les corresponden. Exhortamos al mundo a compartir este sueño y a defender el derecho de los niños y las niñas a jugar”.

Autora: Fátima Ruatta Cattena 

Inside out



Sabemos que el juego es una actividad que se realiza por lo general para divertirse, entretenerse, y que ejercita alguna capacidad o destreza, puede ser una actividad física o mental, o ambas. Hay millones de juegos, tantos que si empezáramos a nombrarlos no terminaríamos jamás.
Sabemos también que el juego comienza en la niñez, con aquellos juegos simbólicos donde imaginábamos que éramos desde doctores hasta actores, y fue gracias a estos juegos, que pudimos pasar a otros un poco más “complicados”, como la oca, las cartas, los juegos en la clase de gimnasia.
Llegamos entonces a una conclusión de que el juego es sumamente importante, no sólo por desarrollar la capacidad imaginativa del niño, sino también por involucrar procesos cognitivos y de desarrollo psicomotriz; con los juegos podemos aprender millones de cosas, desde sumar hasta leer, y más allá de todo esto ¿podemos aprender a manejar las emociones?, ¿podemos enseñarle a un niño cómo manejar las emociones?
Nos adentramos así en la interrogante principal de este artículo. Conocemos los dibujitos animados que miran los niños, que suelen enseñar conceptos como compartir, amar, empatía, amistad, tranquilidad, pero ¿qué pasa con las demás emociones y sentimientos?, ¿son malas y por eso no aparecen en los dibujos animados?
Primero diferenciemos emociones de sentimientos, las emociones tienen una reacción inmediata y pueden ser placenteras o displacenteras, mientras que los sentimientos son estados afectivos de baja intensidad, de larga duración. ¹
Bien, ya que tenemos claro esto, ¿existen juegos que puedan ayudar a los niños con esto?, ¿pueden los niños aprender funciones ejecutivas como la inhibición, autorregulación, etc.?
La respuesta claramente es sí, quizás surge entonces otra pregunta: ¿para qué nos sirve que el niño aprenda a manejar sus emociones?; pues bien, según un estudio realizado por Álvaro Muchiut, la emocionalidad negativa puede generar problemas de conducta en niños de tan sólo 5 años.
¿Cómo ayudamos para que esto no pase?
La respuesta a esta incógnita la resolvemos junto al equipo CreSER. ¿Quiénes son? Son un equipo de trabajo que busca promover el desarrollo de aptitudes emocionales y sociales, con el fin de favorecer el desarrollo integral de niños y adolescentes.
¿Por quiénes está compuesto este equipo?
Licenciada en PsicopedagogíaBárbara Schmidt
Licenciada en Psicología Jimena Saravia

CreSER ofrece una serie de programas, recursos y herramientas atractivas para ser utilizadas en diferentes ámbitos: escolar, clínico y familiar. Dichas herramientas ofrecen la posibilidad de reflexionar y elaborar habilidades para desenvolverse con asertividad.
¿Cuáles son estas herramientas y recursos?
Uno de ellos es el juego de mesa “Espacio de emociones”
Este mismo consiste en tirar el dado para avanzar los casilleros, cada uno de estos representa una consigna diferente, estas pueden ser: emociones básicas (alegría, vergüenza, tristeza, miedo), o los casilleros de siento, actúo, pienso.
Si “caemos” en alguno de los casilleros de emociones básicas, para avanzar debemos contar alguna experiencia que nos haya sucedido en relación a dichas emociones.
En cambio, si el casillero que nos toca es siento, pienso o actúo, deberemos levantar una carta y leer la consigna que nos toca (“Mi mamá se enoja cuando…”; “Respira hondo como si tuvieras que calmar la ansiedad”; “Luisa vio a su mejor amiga charlando con otra y pensó…”).

¿Qué otros recursos encontramos?
Están las historias, protagonizadas por los Kukitos. Estos cuentos trabajan las emociones a través de escenas de la vida cotidiana, para que así los niños y niñas se sientan más identificados. Al final de cada historia se encuentra una reflexión para involucrar aún más a los niños.
Los Kukitos son los protagonistas de cada cuento y sirven como refuerzo de lo trabajado en cada historia. Gracias a los Kukitos muchos chicos y chicas se “enganchan” y facilitan el vínculo con las historias.
La idea de todo este proyecto es que los niños puedan acercarse a sus emociones, que entiendan qué sienten los demás y por qué, y de a poco flexibilizar lo que les produce ansiedad, miedo, vergüenza, etc. Que entiendan que todas las emociones son correctas, y que todas deben experimentarse a pleno.
CreSER ofrece también manuales para poder trabajar y generar un espacio de autoconocimiento y conocimiento de los demás, teniendo una mirada preventiva, promotora del bienestar y de una mejor calidad de vida.
Está orientado a los profesionales que quieran trabajar diferentes emociones con sus pacientes, brindándoles herramientas para aprender a registrarlas y autogestionarlas. A su vez ofrece recursos para involucrar a las familias e incentivar entre todas las habilidades adquiridas, funcionando, así como nexo entre el espacio familiar y el terapéutico.
El manual aporta el sustento teórico en el cual se basan los contenidos y ofrece varias actividades para reforzar el aprendizaje de cada una de las emociones. Se acompaña de cuentos y Kukitos de la colección Historias para SER.

CreSER tiene un blog, el cual tiene mucha más información y donde se pueden adquirir sus productos.

La conclusión es que las emociones se pueden aprender a través de juegos de la misma manera que aprendemos otras cosas.
Cuando hay emocionalidad positiva se generan actitudes buenas, ya se comprender al otro a través de la empatía, o entender que estar enojado no es algo malo si sabemos autorregular las emociones.
Me base en el equipo CreSER, ya que coincide con lo que yo pienso: las emociones se pueden aprender, trabajar y enseñar. El juego no se deja de lado, y el niño se sigue divirtiendo mientras aprende a sentir, pensar y actuar.




Fuentes:
                   http://creseraprendiendo.com/

Autora: Regina Celli


¿LOS NIÑOS DE HOY, JUEGAN A LOS MISMOS JUEGOS QUE SUS ABUELOS?

E
l juego es una actividad que acompaña la experiencia cotidiana de los niños, constituye su lenguaje, su derecho, es una forma de expresión cultural y social, está ligado tanto al placer, como a la libertad, la creatividad y al deseo de aprender.
Jugar posibilita fortalecer la confianza en sí mismo, el vínculo con los demás y las actitudes solidarias. Estimula el desarrollo de la creatividad, la imaginación y el lenguaje. Fortalece el desarrollo sensorio motriz. Permite expresar necesidades, sentimientos, emociones e intereses para poder trabajar y aprender.
Desde la antigüedad se han buscado formas de entretenimiento y competencia usando elementos que se tenían a mano, como por ejemplo;  piedras, maderas, huesos, tableros dibujados en la tierra y también las cosas que la misma naturaleza les ofrecía.

Desde los primeros habitantes hasta la actualidad, niños, jóvenes y adultos se han expresado a través del juego.
Años antes, los juegos se dividían para niños y para niñas.
Mientras que los niños jugaban a las escondidas, bolitas o policías y ladrones; las niñas jugaban a la casita, con las muñecas o la cocinita.
Luego, poco a poco las niñas empezaron a intervenir en el juego de los niños, aunque estos aún tenían cierta dificultad en participar en los juegos de las niñas, por diversas críticas.

Los tiempos fueron cambiando y, aquellos juegos tradicionales y divertidos para muchos de los niños han quedado atrás. 


Entrevista a una pareja de abuelos:
-¿A que jugaban cuando eran chicos?

Nosotros nos hacíamos los juguetes mismos, con las latas de las cajitas de dulce de batata que venían de madera; con eso hacíamos los carritos, camioncitos, tractores. Cortábamos las rueditas de madera.
Cuando tenía ocho años, tuve mi primer autito de juguete, que me lo habían regalado porque había venido junto con un juego de dormitorio nuevo que mis papás se habían comprado.
Después jugábamos con las pelotas de trapo y más tarde con las de goma.
También jugábamos con la gomera y junto teníamos una bolsita con las piedras para cazar pajaritos.
Yo, de mi parte jugaba a las muñecas y a la casita. También jugábamos al tejo, la soga. Cuando íbamos a la escuela jugábamos a la mancha, al huevo podrido, a la banderita.

-¿De qué material eran las muñecas?

De plástico, todas iguales con trenzas.

-¿Cómo era el juego de la banderita?

De un lado se ponían 5 o 6 chicos y del otro lado igual. Uno tenía la banderita, venia el otro corriendo, se la robaba y salía corriendo de nuevo; y si lo atrapaban perdía.

Las formas de jugar han cambiado y se está transformando la educación de los niños con la innovación de juguetes electrónicos.
En la actualidad, la tecnología ha terminado con la mayoría de los juegos infantiles tradicionales que les permitían a los niños compartir un poco más, no sólo con los hermanos y amigos, sino también con los padres, abuelos, entre otros.
Los niños a edades más tempranas están demandando juguetes tecnológicos.
En estos tiempos es tan común ver a un niño con su Tablet, sentado frente a una computadora o jugando a los videojuegos por horas, creando un mundo centrado en él y en el aparato.
Al igual que bebés jugando con el celular de sus padres.
Haciendo hincapié en los juegos tradicionales que nuestros abuelos jugaban y los juegos de la actualidad, (mayoritariamente tecnológicos), se pueden establecer varias diferencias.                                                                                                                            
  
La principal, entre ambas clases de juegos es el tipo de actividad que requieren de la persona, de manera que, con cada tipo de juguete se estimula y favorece aprendizajes diferentes.
Los videojuegos, computadoras infantiles, televisión, etc., en sí, no hay niño que no los conozca y la mayoría los utiliza en su momento de ocio, y hasta los llegan a convertir en sus juguetes favoritos.
Jugar de esa forma no implica desechar lo tradicional como las muñecas, la casita; porque cada actividad complementa a la otra y aporta diversos beneficios. Los mismos pedagogos aseguran que la era virtual ayuda al desarrollo de la parte motora fina, es decir, los dedos, la vista y el cerebro, pero deja de lado la socialización, lo que hace a la persona que los juega más individualista y pasiva. Con esto estamos expresando que los juegos de la actualidad sí logran aportan cosas positivas a los niños.
Datos de las Cámara Argentina de la Industria del Juguete dicen que la edad de jugar con objetos lúdicos se ha acortado; si antes las niñas se entretenían con muñecas hasta los 11 años, hoy a los siete ya quieren una computadora y/o celular.
Y los juegos también han cambiado: la Fundación Alimentum, en su II Sondeo de Opinión sobre Hábitos de Estilos de Vida Saludables, en España, arrojó que el 97% de los padres considera muy importante que sus hijos realicen diariamente ejercicio físico, pero cuatro de cada diez reconocen que sus niños no lo llevan a la práctica.


En el mismo sentido, la mayoría considera que los juegos de su infancia eran más saludables que las formas de entretenimiento de los niños de hoy.
Las diferencias entre las generaciones actuales y las antiguas son evidentes para cualquiera que se haya criado desde los años 80 hacia atrás.
Salir a jugar a la calle y no volver hasta que oscurecía, era parte de aquello. La infancia del pasado parece haber sido más sociable y con una vida familiar más importante y prioritaria que en la realidad de hoy, donde existen las redes sociales y la posibilidad de encontrar cualquier información sin salir de casa, tan solo navegando en Internet.

“La vida de barrio permitió crecer de manera más libre y autónoma, en comparación a los niños de hoy. La confianza en su entorno también permitía sentir que el mundo era más seguro”, asegura Paulina Sarmiento, psicóloga clínica, Magíster en Salud Mental Infantil e Intervención Temprana, supervisora clínica de los centros de Atención Psicológica de Universidad de Las Américas y docente de la misma casa de estudios.

 Por otro lado agrega: “A favor de la infancia de hoy, debemos rescatar la capacidad cognitiva que han desarrollado los niños: su mirada es más evolucionada que la de los chicos de antes, ven resoluciones simples a problemas que para los adultos parecen complejos”.

 
 Con lo relatado anteriormente, queremos llegar a una conclusión para así afirmar que ambos juegos, tanto los de antes como los de ahora, aportan cosas positivas   a los niños.
A pesar de que los juegos que nuestros abuelos jugaban hoy en día ya no son tan practicados, ya sea por el avance de la tecnología, como también por la enorme inseguridad que hay en la actualidad,  (hacemos referencia a la inseguridad, ya que la gran mayoría de los juegos de antes, se llevaban a cabo fuera de la casa, en la calle, vereda, patio, etc.) existen todavía ciertos juegos de la antigüedad que se siguen practicando en las escuelas de la actualidad.

Autora: Sofía Invilkenried







Juguetes para niños y juguetes para niñas. ¿Tienen género los juguetes?

Los juegos para ellas se asocian con las tareas domésticas y los de ellos, con la fuerza; pero cada vez hay más chicos que rompen con los estereotipos.


Los juguetes son herramientas que llevan a experimentar, explorar, aprender, socializar y crear, además potencian la imaginación y enseñan valores. Al elegirlos, creamos referentes de la infancia. El reto es claro: elegir y crear referentes positivos, coeducativos e igualitarios. El juego es, además de una actividad agradable, una forma de aprender.


¿Qué es eso del género?

Esta palabra se utiliza para hablar de todo ese tipo de roles ficticios y forzados que se transmiten a niños y niñas desde el momento de nacer y que provocan que se establezcan dos categorías diferenciadas, la de aquello que se considera propio de lo masculino y de lo femenino. Estas clasificaciones de origen cultural, ya que no dependen de la genética o la biología, limitan los comportamientos naturales de niños y niñas desde que nacen ( por ejemplo: el color con el que nos visten, los juegos y juguetes de los que disfrutamos, los cuentos que leemos, los estudios que elegimos, etc.) Tales comportamientos se transmiten desde la familia, la escuela, la televisión, los videojuegos, Internet, el grupo de amistades.

El sexismo a través del juego.

El sexismo es una forma de discriminación que basa la negación y/o vulneración de derechos de una persona en parte, o en su totalidad, por razón de sexo y cuyas manifestaciones son causa de discriminación manifiesta o latente.

Utilización sexista del juego y del juguete.

Se utilizan los juegos y juguetes de manera sexista cuando se facilitan juguetes que afianzan el aprendizaje de los roles asignados artificialmente según el sexo biológico, y cuando se obstaculiza y/o desvaloriza el acceso al resto de juegos, teniendo un efecto negativo en el desarrollo de capacidades, actitudes y valores de sus hijas e hijos. Los roles asignados socialmente a las niñas son el cuidado de personas y cuidado del hogar. Los roles asignados socialmente a los niños son exploración, lucha, competición, aventura, descubrimiento, ciencia.

Consecuencias del uso sexista del juego.

Sus hijas e hijos van a imitar los roles que socialmente se asignan a niñas y niños a cambio de la aprobación adulta. Para ellos y ellas, esta asignación es la referencia válida a través de la cual buscan seguridad y afecto. Mediante este mecanismo ellos asimilan la división sexual de los juegos como una división natural, reproduciendo y perpetuando el modelo de sociedad.

¿Cuándo decimos que un juguete no es sexista?

Cuando no reproduce o no fomenta roles sexuales, cuando fomenta y facilita el desarrollo de capacidades del niño o de la niña, cuando favorece otros valores positivos independientemente de que sea niña o niño y finalmente cuando fomenta nuevos valores de igualdad para nuestra vida.

El juego simbólico

Los niños y las niñas imitan todo lo que ven. Asumen que lo que hacen sus padres, sus madres o sus familiares más directos, es lo que “se debe hacer”, y esto será así hasta que crezcan y tengan una cierta capacidad crítica como para cuestionar estos modelos.
Hacia los dos años de edad, los niños pasan de una etapa de exploración en la que tocan todo cuanto tienen a mano, a una etapa de juego simbólico, en la que inician los procesos de imitación. Entre los tres y los cuatro años, este tipo de juego será el protagonista en la mayoría de las ocasiones. Este tipo de juego requiere de imaginación y de un proceso de imitación de los adultos que les rodean.
Durante esta etapa se empiezan a marcar los roles de género. Normalmente las niñas tendrán más tendencia a imitar los patrones de comportamiento emitidos por sus madres, y los niños los de sus padres. Pero esto no es siempre así, ya que los niños y niñas están en contacto con muchos otros adultos que pueden ejercer una influencia más o menos significativa en sus comportamientos. La televisión y las películas son una gran influencia.
El reto de padres y madres es ayudar a que los juegos simbólicos representen un juego libre e imaginativo para sus hijos, alejándose de los roles tradicionales de hombres y mujeres.


Pese a una mayor conciencia de género, siguen diferenciados por sexo.

Al entrar en cualquier hogar, es fácil adivinar si hay chicas o chicos, simplemente basta observar los juguetes que encuentras a tu paso. Si lo que ves son coches, materiales educativos, héroes y más juguetes representando animales o juguetes de ciencia, acción o aventura, se trata de un niño; mientras que si notas un exceso de color rosa, muñecas, peluches, manualidades y juguetes de tipo doméstico, significa sin duda que pisas el territorio de una niña.
Esta separación es radical en las tiendas de juguetes: los pasillos están divididos en rosa para las niñas y azul para los niños. En general el departamento de niños es de colores sólidos e implica energía, audacia, competencia; mientras que la sección de niñas es de colores suaves y transpira  belleza, vanidad, orden y domesticidad. Por eso, no nos sorprendemos cuando un niño rechaza un juguete de características “femeninas” alegando que es “de chicas”.
Los juguetes sexistas reproducen el estereotipo de sociedad machista, en la que la mujer limpia y cuida de los bebés limitando su potencial para abarcar otras tareas mientras que el hombre construye, inventa y crea, ajeno a las tareas del hogar.
Algunos padres y madres se preocupan si su pequeño hijo elige las muñecas en vez de jugar a la pelota, o les parece  raro sí la hija prefiere jugar a los piratas en vez de entretenerse con una Barbie. La verdad es que las pequeñas y pequeños no tienen idea de lo que significa la programación de géneros. Pero, lo que sí saben es que disfrutan realizando ciertas actividades, ya sea construir, ordenar, jugar un rol, adivinar, etc. y estos juegos pueden ser de cualquier color.
Hoy en día, los roles de género específicos al hombre y a la mujer no están tan marcados en las familias, por lo que no debería impresionarnos ver a una niña que se divierte con un taladro de juguete, imitando como su madre instala los cuadros en la pared y ensambla los muebles recién comprados.

Los juegos y juguetes en la publicidad.

La publicidad de los juguetes en los medios de comunicación se empeña en la reproducción de determinadas imágenes existentes en la sociedad y su objetivo es captar tanto al público infantil como al adulto, sirviéndose, sobre todo, de los recursos del lenguaje y las imágenes. Aunque algunas marcas comienzan a hacerse eco de la responsabilidad sobre el uso no sexista de los juguetes, la mayor parte de las casas de juguetes responden a parámetros comerciales y económicos. Por ello, a la hora de adquirir algún juguete es nuestra responsabilidad prestar atención al nivel educativo del juguete. Es cierto que no podemos hacer nada ante la imagen publicitaria de los medios de comunicación pero sí ante la adquisición de los juguetes y su correcta utilización.
Elizabeth Sweet, investigadora de género y juguetes infantiles en la UC Davis, sostiene que son muchas las razones por las que prevalece el marketing basado en el género. Los fabricantes de juguetes saben que segmentando el mercado en grupos y categorías, pueden vender más versiones del mismo juguete. Ahora, hasta los juegos de mesa y de estrategia, que antes eran unisex, son diseñados con “universo de chica” y “universo de chico”, lo cual dificulta la mezcla de jugadores y los intercambios entre niñas y niños. Es evidente que el interés del marketing  es: “dividir para vender mejor” y esto no va de acuerdo con el “jugar juntos”. Afortunadamente, algunas marcas ya han dado el paso hacia una producción y publicidad más neutral de juguetes infantiles. Hay una juguetería que se ha atrevido a hacer las cosas diferentes, Toy Planet. A principios de mes lanzó un catálogo sin roles preestablecidos que solo ha cosechado aplausos. No es la primera en jugar con esta idea, pero sí la primera en apostar por ella con fuerza.
“Los juguetes no son para niños o para niñas, son para jugar. En Toy Planet nos olvidamos de los estereotipos y clichés y ponemos a jugar a los peques con los juguetes que prefieran ¡sin distinciones!”, aseguran. Todos como consumidores deberían premiar a esas firmas que apuestan por erradicar los pasillos rosas y los clichés de género, buscando sus catálogos y acudiendo a ellas a comprar.

¿A qué se debe la elección de juguetes?

En las últimas investigaciones realizadas, se ha llegado a la conclusión de que la diferente elección de juguetes no puede explicarse a través de argumentos biológicos, sino que se debe a factores culturales, factores educativos, el peso de los convencionalismos, la influencia del distinto trato de la familia, los modelos estereotipados que se reflejan en los medios de comunicación, los libros de texto, los cuentos, etc.

¿Para los niños es menos natural realizar los llamados “juegos de niñas”?

Existe una actitud generalizada que no otorga el valor que le corresponde a las tareas, valores y capacidades atribuidas culturalmente a las mujeres como son la crianza, el cuidado de personas dependientes, las responsabilidades en la administración del hogar y las relaciones interpersonales. Esta valoración negativa no queda fuera del aprendizaje, por lo que los niños al percibir la desvalorización de los roles femeninos y al no recibir la aprobación o refuerzo adulto cuando los reproducen, rechazan y menosprecian los juegos relacionados con dichos roles lo que provoca que estos juegos sean vistos con incomodidad y desprecio.

¿Las niñas sienten menos interés por los llamados “juegos de niños”?

Las niñas son caracterizadas como débiles desde su nacimiento y, en consecuencia, menos aptas para determinados juegos. Por ello, se orienta a las niñas hacia juegos de menor movimiento y, en el caso de darse, se fomenta que los “juegos de niños” no les resulten atractivos.


Beneficios de los juegos de niñas para los niños.

Padres y madres a través de su propia infancia han aprendido que cuidar y pasear muñecas/os es un asunto de niñas y además, en lo que respecta a la valoración, es un asunto de importancia menor. Es normal que entre los dos y los cuatro años sientan fascinación, tanto niñas como niños, por los coches de bebé, ya que comienzan a tener más autonomía y quieren encargarse de conducir y cuidar. Por lo tanto, si les ofrecen la posibilidad de jugar con sillas o coches de bebé están facilitando que en el futuro sean personas capaces de ejercer los roles de cuidado y crianza. También si se los deja jugar con muñecas desarrollan la empatía. Por lo tanto, deben actuar ofreciendo con naturalidad juguetes que posibiliten la reproducción de estos roles y el desarrollo de aptitudes como la capacidad empática, necesaria para las relaciones interpersonales saludables y una buena resolución de conflictos.


Beneficios de los juegos de niños para las niñas.


Es necesario para el desarrollo madurativo de sus hijas e hijos el desarrollo de la motricidad, ya que ésta es una capacidad ligada a otras adquisiciones más complejas como la lectoescritura. Por lo tanto, si ofrecen a sus niñas un desarrollo integral y la posibilidad de ejercer roles de actividad alejados de las atribuciones tradicionales discriminatorias (que hacen que las niñas sean percibidas en actitudes tranquilas y pasivas), estarán facilitando a su vez alternativas en el ejercicio de sus roles de adulta, por ejemplo la incorporación progresiva de las mujeres al deporte.

¿Influencia en la orientación sexual si se le regala una cocinita a un hijo o un traje de astronauta a una hija?

No. Por el contrario, la orientación sexual depende de un conjunto amplio de factores y no del ejercicio, ensayo y aprendizaje de derechos y deberes adultos comunes a mujeres y hombre.

¿Qué pueden hacer los padres y las madres?

Es cierto que los medios de comunicación y los catálogos de juguetes, así como películas y cuentos infantiles, marcan un rol muy determinado, aún hoy, para niños y para niñas. Pero los padres tienen algo que decir en la educación de sus hijos, y deben hacerlo si quieren contribuir, con ello, a crear una sociedad más abierta y menos injusta.
Para facilitar esa tarea deben poner a su alcance todo tipo de juguetes, y de todos los colores posibles. Animarlos a que jueguen con todos ellos, y jugar también con ellos. Poco a poco irán escogiendo según sus gustos y preferencias personales. También ofrecer alternativas, intentar que los cuentos que les explicas o las películas que ven, no reproduzcan los estereotipos de género. Ser creativos y ofrecer alternativas a los puntos de vista tradicionales. Otra cosa que se puede hacer es convencer a los que nos rodean. Por supuesto, por mucho esfuerzo que pongan como padres y madres en esta educación igualitaria, si la gente que los rodea  está en  contra no podrán conseguir demasiado. Convencer a abuelos, tíos, parientes y amigos de que su hijo o hija puede jugar tanto con una pelota como con una Barbie, y pedir que, en la medida de lo posible, regalen juguetes desligados de un rol de género. Elegir bien los juguetes, deberían ir ligados a la edad o madurez del niño o niña, no a una preferencia de colores o de lo que creemos que le gustará. Lo mejor es dialogar con los niños y descubrir cuáles son sus intereses y en base a eso decidir qué juguetes comprar. Por otro lado, los juguetes deberían servir para desarrollar sus capacidades y habilidades, escoger los juguetes que más le ayuden a ello. Deben ser coherentes. Estará muy bien que sigan estos consejos, pero lo que más va a ayudar a su hijo o hija a que crezca en un ambiente más libre de estereotipos de género será que nosotros mismos seamos un modelo de ello. Demostrar que independientemente de si sos el hombre o la mujer, podes limpiar el piso, tender la ropa, colgar una estantería o jugar a fútbol. Recordar que son el espejo en el que se miran sus hijos.

No se trata de que ahora los niños jueguen con muñecas y las niñas con autos, para romper el estereotipo, se trata de que, tanto a niñas como a niños, les den la oportunidad de utilizar indistintamente toda la gama de juguetes que existen y que madres, padres y maestras les ofrezcan  diferentes posibilidades de interactuar con ellos. Ni la niña deja de ser niña por jugar con juguetes “destinados” exclusivamente para niños, ni el niño deja de ser niño por jugar con juguetes “exclusivos” de niñas. Recordemos que los juguetes son las herramientas que nos llevan a experimentar, explorar, aprender, socializar y crear, además potencian la imaginación y enseñan valores.

Autora: Selene Arcidiacono