Los juegos para ellas se asocian con las tareas domésticas y
los de ellos, con la fuerza; pero cada vez hay más chicos que rompen con los estereotipos.
Los juguetes son herramientas que llevan a experimentar, explorar, aprender, socializar y crear, además potencian la imaginación y enseñan valores. Al elegirlos, creamos referentes de la infancia. El reto es claro: elegir y crear referentes positivos, coeducativos e igualitarios. El juego es, además de una actividad agradable, una forma de aprender.
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¿Qué es eso del género?
Esta
palabra se utiliza para hablar de todo ese tipo de roles ficticios y forzados que
se transmiten a niños y niñas desde el momento de nacer y que provocan que se
establezcan dos categorías diferenciadas, la de aquello que se considera propio
de lo masculino y de lo femenino. Estas clasificaciones de origen cultural, ya
que no dependen de la genética o la biología, limitan los comportamientos
naturales de niños y niñas desde que nacen ( por ejemplo: el color con el que
nos visten, los juegos y juguetes de los que disfrutamos, los cuentos que
leemos, los estudios que elegimos, etc.) Tales comportamientos se transmiten
desde la familia, la escuela, la televisión, los videojuegos, Internet, el
grupo de amistades.
El sexismo a través del juego.
El
sexismo es una forma de discriminación que basa la negación y/o vulneración de
derechos de una persona en parte, o en su totalidad, por razón de sexo y cuyas
manifestaciones son causa de discriminación manifiesta o latente.
Utilización sexista del juego y
del juguete.
Se
utilizan los juegos y juguetes de manera sexista cuando se facilitan juguetes
que afianzan el aprendizaje de los roles asignados artificialmente según el
sexo biológico, y cuando se obstaculiza y/o desvaloriza el acceso al resto de
juegos, teniendo un efecto negativo en el desarrollo de capacidades, actitudes
y valores de sus hijas e hijos. Los roles asignados socialmente a las niñas son
el cuidado de personas y cuidado del hogar. Los roles asignados socialmente a
los niños son exploración, lucha, competición, aventura, descubrimiento,
ciencia.
Consecuencias del uso sexista del
juego.
Sus
hijas e hijos van a imitar los roles que socialmente se asignan a niñas y niños
a cambio de la aprobación adulta. Para ellos y ellas, esta asignación es la
referencia válida a través de la cual buscan seguridad y afecto. Mediante este
mecanismo ellos asimilan la división sexual de los juegos como una división
natural, reproduciendo y perpetuando el modelo de sociedad.
¿Cuándo decimos que un juguete no
es sexista?
Cuando
no reproduce o no fomenta roles sexuales, cuando fomenta y facilita el
desarrollo de capacidades del niño o de la niña, cuando favorece otros valores
positivos independientemente de que sea niña o niño y finalmente cuando fomenta
nuevos valores de igualdad para nuestra vida.
El juego simbólico
Los niños y las
niñas imitan todo lo que ven. Asumen que lo que hacen sus padres, sus
madres o sus familiares más directos, es lo que “se debe hacer”, y esto será
así hasta que crezcan y tengan una cierta capacidad crítica como para
cuestionar estos modelos.
Hacia los dos años de edad,
los niños pasan de una etapa de exploración en la que tocan todo cuanto tienen
a mano, a una etapa de juego simbólico, en la que inician los procesos de
imitación. Entre los tres y los cuatro años, este tipo de juego será el protagonista
en la mayoría de las ocasiones. Este tipo de juego requiere de imaginación y de
un proceso de imitación de los adultos que les rodean.
Durante esta etapa se empiezan a
marcar los roles de género. Normalmente las niñas tendrán más tendencia a
imitar los patrones de comportamiento emitidos por sus madres, y los niños los
de sus padres. Pero esto no es siempre así, ya que los niños y niñas están en
contacto con muchos otros adultos que pueden ejercer una influencia más o
menos significativa en sus comportamientos. La televisión y las películas son
una gran influencia.
El reto de padres y madres es
ayudar a que los juegos simbólicos representen un juego libre e
imaginativo para sus hijos, alejándose de los roles tradicionales de hombres y
mujeres.
Pese a una mayor conciencia de
género, siguen diferenciados por sexo.
Al entrar en cualquier hogar, es
fácil adivinar si hay chicas o chicos, simplemente basta observar los juguetes
que encuentras a tu paso. Si lo que ves son coches, materiales educativos,
héroes y más juguetes representando animales o juguetes de ciencia, acción o
aventura, se trata
de un niño; mientras que si notas un exceso de color rosa, muñecas, peluches,
manualidades y juguetes de
tipo doméstico,
significa sin duda que pisas el territorio de una niña.
Esta separación es radical en las
tiendas de juguetes: los pasillos están divididos en rosa para las niñas y azul
para los niños. En general el departamento de niños es de colores sólidos e
implica energía, audacia, competencia; mientras que la sección de niñas es de
colores suaves y transpira belleza, vanidad, orden y domesticidad. Por
eso, no nos sorprendemos cuando un niño rechaza un juguete de características
“femeninas” alegando que es “de chicas”.
Los juguetes sexistas reproducen
el estereotipo de sociedad machista, en la que la mujer limpia y cuida de los
bebés limitando su potencial para abarcar otras tareas mientras que el hombre
construye, inventa y crea, ajeno a las tareas del hogar.
Algunos padres y madres se
preocupan si su pequeño hijo elige las muñecas en vez de jugar a la pelota, o
les parece raro sí la hija prefiere jugar a los piratas en vez de
entretenerse con una Barbie. La verdad es que las pequeñas y pequeños no
tienen idea de lo que significa la programación de géneros. Pero, lo que sí
saben es que disfrutan realizando ciertas actividades, ya sea construir,
ordenar, jugar un rol, adivinar, etc. y estos juegos pueden ser de cualquier
color.
Hoy en día, los roles de género
específicos al hombre y a la mujer no están tan marcados en las familias, por
lo que no debería impresionarnos ver a una niña que se divierte con un taladro
de juguete, imitando como su madre instala los cuadros en la pared y ensambla
los muebles recién comprados.
Los juegos y juguetes en la
publicidad.
La publicidad de los juguetes en
los medios de comunicación se empeña en la reproducción de determinadas
imágenes existentes en la sociedad y su objetivo es captar tanto al público
infantil como al adulto, sirviéndose, sobre todo, de los recursos del lenguaje
y las imágenes. Aunque algunas marcas comienzan a hacerse eco de la
responsabilidad sobre el uso no sexista de los juguetes, la mayor parte de las
casas de juguetes responden a parámetros comerciales y económicos. Por ello, a
la hora de adquirir algún juguete es nuestra responsabilidad prestar atención
al nivel educativo del juguete. Es cierto que no podemos hacer nada ante la
imagen publicitaria de los medios de comunicación pero sí ante la adquisición
de los juguetes y su correcta utilización.
Elizabeth Sweet, investigadora de
género y juguetes infantiles en la UC Davis, sostiene que son muchas las
razones por las que prevalece el marketing basado en el género. Los fabricantes
de juguetes saben que segmentando el mercado en grupos y categorías, pueden
vender más versiones del mismo juguete. Ahora, hasta los juegos de mesa y de
estrategia, que antes eran unisex, son diseñados con “universo de chica” y
“universo de chico”, lo cual dificulta la mezcla de jugadores y los
intercambios entre niñas y niños. Es evidente que el interés del marketing
es: “dividir para vender mejor” y esto no va de acuerdo con el “jugar
juntos”. Afortunadamente, algunas marcas ya han dado el paso hacia una
producción y publicidad más neutral de juguetes infantiles. Hay una juguetería que se ha atrevido a hacer las cosas
diferentes, Toy Planet. A principios de mes lanzó un catálogo sin roles
preestablecidos que solo ha cosechado aplausos. No es la primera en jugar con
esta idea, pero sí la primera en apostar por ella con fuerza.
“Los
juguetes no son para niños o para niñas, son para jugar. En Toy Planet nos
olvidamos de los estereotipos y clichés y ponemos a jugar a los peques con los
juguetes que prefieran ¡sin distinciones!”, aseguran. Todos como consumidores
deberían premiar a esas firmas que apuestan por erradicar los pasillos
rosas y los clichés de género, buscando sus catálogos y acudiendo a ellas a
comprar.
¿A qué se debe la elección de
juguetes?
En las
últimas investigaciones realizadas, se ha llegado a la conclusión de que la
diferente elección de juguetes no puede explicarse a través de argumentos
biológicos, sino que se debe a factores culturales, factores educativos, el
peso de los convencionalismos, la influencia del distinto trato de la familia,
los modelos estereotipados que se reflejan en los medios de comunicación, los
libros de texto, los cuentos, etc.
¿Para los niños es menos natural
realizar los llamados “juegos de niñas”?
Existe
una actitud generalizada que no otorga el valor que le corresponde a las
tareas, valores y capacidades atribuidas culturalmente a las mujeres como son
la crianza, el cuidado de personas dependientes, las responsabilidades en la
administración del hogar y las relaciones interpersonales. Esta valoración
negativa no queda fuera del aprendizaje, por lo que los niños al percibir la
desvalorización de los roles femeninos y al no recibir la aprobación o refuerzo
adulto cuando los reproducen, rechazan y menosprecian los juegos relacionados
con dichos roles lo que provoca que estos juegos sean vistos con incomodidad y
desprecio.
¿Las niñas sienten menos interés
por los llamados “juegos de niños”?
Las
niñas son caracterizadas como débiles desde su nacimiento y, en consecuencia,
menos aptas para determinados juegos. Por ello, se orienta a las niñas hacia
juegos de menor movimiento y, en el caso de darse, se fomenta que los “juegos
de niños” no les resulten atractivos.
Beneficios de los juegos de niñas
para los niños.
Padres y
madres a través de su propia infancia han aprendido que cuidar y pasear
muñecas/os es un asunto de niñas y además, en lo que respecta a la valoración,
es un asunto de importancia menor. Es normal que entre los dos y los cuatro
años sientan fascinación, tanto niñas como niños, por los coches de bebé, ya
que comienzan a tener más autonomía y quieren encargarse de conducir y cuidar.
Por lo tanto, si les ofrecen la posibilidad de jugar con sillas o coches de
bebé están facilitando que en el futuro sean personas capaces de ejercer los
roles de cuidado y crianza. También si se los deja jugar con muñecas
desarrollan la empatía. Por lo tanto, deben actuar ofreciendo con naturalidad
juguetes que posibiliten la reproducción de estos roles y el desarrollo de
aptitudes como la capacidad empática, necesaria para las relaciones
interpersonales saludables y una buena resolución de conflictos.
Beneficios de los juegos de niños
para las niñas.
Es
necesario para el desarrollo madurativo de sus hijas e hijos el desarrollo de
la motricidad, ya que ésta es una capacidad ligada a otras adquisiciones más
complejas como la lectoescritura. Por lo tanto, si ofrecen a sus niñas un
desarrollo integral y la posibilidad de ejercer roles de actividad alejados de
las atribuciones tradicionales discriminatorias (que hacen que las niñas sean
percibidas en actitudes tranquilas y pasivas), estarán facilitando a su vez
alternativas en el ejercicio de sus roles de adulta, por ejemplo la
incorporación progresiva de las mujeres al deporte.
¿Influencia en la orientación
sexual si se le regala una cocinita a un hijo o un traje de astronauta a una
hija?
No. Por
el contrario, la orientación sexual depende de un conjunto amplio de factores y
no del ejercicio, ensayo y aprendizaje de derechos y deberes adultos comunes a
mujeres y hombre.
¿Qué pueden hacer los padres y las
madres?
Es cierto que los medios de
comunicación y los catálogos de juguetes, así como películas y cuentos
infantiles, marcan un rol muy determinado, aún hoy, para niños y para
niñas. Pero los padres tienen algo que decir en la educación de sus hijos, y
deben hacerlo si quieren contribuir, con ello, a crear una sociedad más abierta
y menos injusta.
Para facilitar esa tarea deben poner
a su alcance todo tipo de juguetes, y de todos los colores posibles.
Animarlos a que jueguen con todos ellos, y jugar también con ellos. Poco a poco
irán escogiendo según sus gustos y preferencias personales. También ofrecer
alternativas, intentar que los cuentos que les explicas o las películas que
ven, no reproduzcan los estereotipos de género. Ser creativos y ofrecer alternativas
a los puntos de vista tradicionales. Otra cosa que se puede hacer es convencer
a los que nos rodean. Por supuesto, por mucho esfuerzo que pongan como padres y
madres en esta educación igualitaria, si la gente que los rodea está en
contra no podrán conseguir demasiado. Convencer a abuelos, tíos, parientes
y amigos de que su hijo o hija puede jugar tanto con una pelota como con una
Barbie, y pedir que, en la medida de lo posible, regalen juguetes
desligados de un rol de género. Elegir bien los juguetes, deberían ir ligados a
la edad o madurez del niño o niña, no a una preferencia de colores o de lo
que creemos que le gustará. Lo mejor es dialogar con los niños y descubrir
cuáles son sus intereses y en base a eso decidir qué juguetes comprar. Por otro
lado, los juguetes deberían servir para desarrollar sus capacidades y
habilidades, escoger los juguetes que más le ayuden a ello. Deben ser
coherentes. Estará muy bien que sigan estos consejos, pero lo que más va a
ayudar a su hijo o hija a que crezca en un ambiente más libre de
estereotipos de género será que nosotros mismos seamos un modelo de ello.
Demostrar que independientemente de si sos el hombre o la mujer, podes limpiar
el piso, tender la ropa, colgar una estantería o jugar a fútbol. Recordar que
son el espejo en el que se miran sus hijos.
No se
trata de que ahora los niños jueguen con muñecas y las niñas con autos, para
romper el estereotipo, se trata de que, tanto a niñas como a niños, les
den la oportunidad de utilizar indistintamente toda la gama de juguetes que
existen y que madres, padres y maestras les ofrezcan diferentes
posibilidades de interactuar con ellos. Ni la niña deja de ser niña por jugar
con juguetes “destinados” exclusivamente para niños, ni el niño deja de ser niño
por jugar con juguetes “exclusivos” de niñas. Recordemos que los juguetes son
las herramientas que nos llevan a experimentar,
explorar, aprender, socializar y crear, además potencian la imaginación y
enseñan valores.
Autora: Selene Arcidiacono