domingo, 29 de octubre de 2017

La tecnología en el juego, ¿Una amenaza?

Antes de comenzar con lo que nos interesa, la tecnología en el juego, es necesario remarcar la  importancia del mismo en la vida de un niño. Jugar es dedicarse a una actividad para divertirse, obtener placer y sólo tiene fin en sí mismo.  Por medio de esta actividad, el niño aprende las reglas, las costumbres y valores que rigen su entorno,  se descubre y descubre el mundo en el que vive. El juego es importante porque permite desarrollar habilidades y relaciones entre los elementos que luego van a necesitar en su vida adulta.
Mientras juega, tiene que desarrollar habilidades de solución de problemas. Un ejemplo es en el juego simbólico o juego de fingimiento en donde el niño imagina ser un doctor, maestro; son todas formas de relacionarse con aquello que se está imaginando. En el caso que se le quitase esto, el niño llega a la edad adulta sin haber puesto en práctica determinadas formas de relación y determinadas resoluciones de problemas, cuya única forma de alcanzarlas es mediante el juego.

El peligro en el exceso de tecnologías
La psicóloga mexicana, Tania Castro, del Centro de Apoyo Familiar Cenyeliztli, nos da un alerta en el uso de tecnologías en los niños. Es una amenaza ya que gracias a las nuevas tecnologías (tablet, celular, computadora, televisión), se limita la creatividad en el niño y se pierde el vínculo comunicativo con los otros. Afirma Castro: “Termina con la creatividad innata de los menores; genera niños sin un desarrollo físico sano y adecuado; y por el rango de edad, los convierte en receptores pasivos del contenido de estos artefactos”, “…pierden el vínculo social junto con la parte afectiva; por eso vemos en las escuelas a muchos niños con problemas de agresividad”.
Además, los niños que utilizan en exceso las tecnologías, serán jóvenes o adultos con patrones de inseguridad, baja autoestima y
conductas antisociales que no les permitirán relacionarse con los demás. También se reduce la comunicación verbal y el trato interpersonal”. Como último aporte la psicóloga nos dice: “No hay nada malo en jugar de vez en cuando con el celular o con la tablet si se toma con responsabilidad y se utiliza estrictamente el tiempo de ocio para ello”.


La tecnología no es el problema
Por otro lado, tenemos la mirada de la abogada Sonsoles Vidal Herrero-Vior, experta en violencia y adicciones en menores y miembro del área académica de The Family Watch. Afirma que “no porque un menor esté mucho tiempo en el móvil eso significa que tiene un problema de adicción (…) A los adultos les llama mucho la atención que los chicos estén todo el día manejando un dispositivo, pero ellos se relacionan a través de él. Eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de identificar si existe o no un problema”. Los síntomas que llevan a hablar de adicción son: ansiedad, inmediatez, reacciones violentas cuando no llegan las respuestas a los mensajes, necesidad imperiosa de tener cerca el teléfono, de estar conectado. A partir de estos síntomas se percibe que no se está teniendo un uso adecuado del dispositivo. Por último, la abogada asegura que los dispositivos son una herramienta más de comunicación, no la única.



Televisor, computadora y video-juegos.
Desde la edad de dos y medio a tres años la televisión representa para el pequeño un aprendizaje de la cultura que le rodea. Hasta los seis años, prefiere los dibujos animados: entonces percibe que está en el mundo de la ficción. Se aconseja limitar el tiempo que pasa ante la pequeña pantalla puesto que una utilización abusiva de la televisión invita a la pasividad.
La computadora ha sustituido el lápiz. Es interesante familiarizar al pequeño con el mundo de la informática durante el período preescolar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ésa no es más que una actividad entre otras; la computadora no es una actividad prioritaria de la infancia.
En cuanto a los video-juegos, es conveniente, para hacer una elección juiciosa, fijarse en los valores que postulan: reflexión, velocidad, competición, compasión, generosidad o violencia.
Agregamos que, para una correcta utilización de la computadora, se requiere atención, concentración, memoria, reconocimiento visual de los personajes y de los objetos, lógica del niño y una buena coordinación óculo-manual. Sin embargo no es posible estimular la motricidad global, la expresión de los sentimientos, la creatividad o las relaciones con los demás. Para un niño en edad preescolar, es prudente limitar el uso del ordenador. Corre el riesgo de quedar intoxicado por ese mundo virtual. Por lo que hay que seleccionar juiciosamente lo que se pone entre sus manos y controlar su uso.
“He construido mi casa y la he llenado de juguetes, con ellos juego todos los días. Porque el niño que no juega, no es niño, pero el adulto que no juega ha perdido para siempre el niño que tiene adentro y que le hará mucha falta” Pablo Neruda.

Autora:  Agustina Cignetti


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