domingo, 29 de octubre de 2017

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO Y LA EXPRESION CORPORAL EN EL NIVEL INICIAL.

El juego infantil enriquece la imaginación y la creatividad, además de estimular la observación, la atención, la concentración y la memoria. La expresión corporal les aporta a los niños la posibilidad de expresar a través del movimiento estados de ánimos, sensaciones, ideas y emociones.

 


El juego es una actividad libre, espontanea y esencialmente placentera no impuesta o dirigida desde afuera, que el niño realiza con entusiasmo, por lo que es utilizado como estrategia pedagógica en los niveles iníciales. El juego en la vida infantil tiene principales funciones: Educativa: Estimula el desarrollo intelectual de un niño, permitiéndole hacer juicios sobre su conocimiento propio al solucionar problemas, de esta manera aprende a estar atento a una actividad durante un tiempo. Asimismo desarrolla su creatividad, imaginación e inteligencia ante la curiosidad por descubrirse a sí mismo  y a su entorno.  El sentimiento de realización y las lecciones que aprende, lo motivan a ejercitar después sus ideas en situaciones de la vida real; Física: El niño desarrolla habilidades motrices y aprende a controlar su cuerpo, el juego provoca un desahogo de energía física, a la vez que le enseña a coordinar sus movimientos e intenciones para lograr los resultados deseados en el juego;  Emocional: El juego resulta un escape aceptable y natural en el niño para expresar emociones que muchas veces con palabras no puede expresar. Permite a un niño desarrollar una actividad sin tener responsabilidades totales o limitantes en sus acciones, fomentando su personalidad e individualidad, ayudándolo a adquirir confianza y un sentido de independencia; Social: A través del juego el niño se va haciendo consciente de su entorno cultural y de un ambiente que había sido durante sus propios años ajeno a él. Funciona como un ensayo para experiencias venideras, ya que va entendiendo el funcionamiento de la sociedad y de las acciones de los seres humanos. De esta manera aprende a cooperar y compartir con otras personas, conociendo su ambiente. Al mismo tiempo aprende  las reglas del juego limpio, así como a ganar y a perder.
La especialista Ana Malajovich que estuvo recientemente en nuestra ciudad con el objetivo de  formar a maestras jardineras fue sometida  a interrogantes sobre el juego.
¿Qué se pone “en juego” cuándo los niños “juegan”? 
“Jugar es central para la constitución de la subjetividad de los niños. Cobra mucha importancia respetar ese derecho; y el jardín tiene un espacio muy importante que cubrir con relación al juego”, sostuvo Ana Malajovich, profesora en Jardín de Infantes y en Ciencias de la Educación por la Universidad de Buenos Aires, docente de Didáctica de Nivel Inicial en la UBA y autora de numerosas publicaciones. Además describió, que hay  tres tipos de juegos que son centrales: “Uno es el juego dramático, o sea, el que permite que los chicos recreen aspectos de la realidad pero transformada. Otro es el de construcciones, que supone la acción sobre los objetos para construir otra cosa. Y el tercer tipo es el juego con reglas, donde entran los tradicionales y los de mesa”. Cada clase de juego aporta aspectos esenciales para el crecimiento de los chicos. Para la profesora, el juego dramático es “fundamental” porque supone el desarrollo del pensamiento y del lenguaje. “Los chicos van construyendo su propio guión y van asumiendo distintos roles en función de sus deseos”.
En tanto, el de “construcciones” otorga la posibilidad de idear algo para poder jugar después. Supone un ponerse de acuerdo con otros, conversar, poder discutir cuando hay opiniones distintas y llegar a un acuerdo.
El juego de reglas, en tanto, implica el conocimiento de ciertos requerimientos. “Conocer por ejemplo, la serie numérica para las cartas y los dados o poder establecer diferencias entre elementos para armar rompecabezas. O los juegos de grupo que requieren esperar el turno y urdir determinadas estrategias para poder ganarle al otro”, remarcó Malajovich, para quien los tres tipos de juegos deberían estar incluidos en el jardín de infantes, ya que favorecen el desarrollo de habilidades intelectuales, sociales y físicas.
 La expresión corporal se propone desarrollar capacidades estéticas y habilidades perceptivas con sensibilidad y creatividad. Se trata de vincular a los niños/as a través del lenguaje corporal para que descubran el gusto y el placer por el movimiento expresivo. Lo que se transmite por medio del movimiento necesita de la persona misma, y este acto se encuentra entonces en el cuerpo y espíritu de quien lo realiza. A su vez, la conexión de quien baila con sus imágenes y sensaciones produce un texto particular, que cobra sentido en un contexto comunicacional. En esta disciplina el producto “lo que se baila “cobra existencia durante su ejecución.  
La expresión corporal entendida de esta forma en el ámbito educativo no buscara formar bailares, sino personas que bailen con sus propias danzas, con placer y disfrute por esa producción. A la vez ofrece un contexto de aprendizaje  donde los alumnos pueden imaginar y producir los movimientos que les pertenezcan, que sean únicos, auténticos e irrepetibles. 
La acción educativa, durante todas las etapas del Nivel Inicial, favorecerá que el niño conozca, descubra su cuerpo, juegue con sus movimientos, dé cuentas de sus sentimientos y emociones, y pueda construir una imagen positiva de sí mismo, una aceptación de su propio cuerpo y el de los otros y que logre conectarse con sus estados de ánimo, sensaciones y aprenda a comunicarse expresivamente.
El docente debe realizar propuestas que relacionen las experiencias previas de los niños con las ideas nuevas, orientando las actividades hacia formas innovadoras y participativas, ayudando cuando hay dificultad, apoyando los logros, respetando la producción individual y grupal. Se deberá respetar el momento evolutivo y emocional, aceptando las respuestas de los niños como autenticas y validas con actitud abierta y receptiva.
Se le interrogo a la Especialista en expresión corporal y Psicología Social Perla Jarintonsky
 ¿Cuál es la importancia de la expresión corporal a edades tempranas? 
A través de la expresión corporal se busca transmitir al niño distintas formas de manifestar ideas y emociones con movimientos del cuerpo. “No es para formar bailarines, sino para otorgarles a los chicos la posibilidad de conectarse con su cuerpo, de poder ‘decir algo' con él, de darles el material expresivo para poder exteriorizar en el movimiento una sensación interna”, definió Perla Jaritonsky, especialista en expresión corporal y psicóloga social.
La experta sostuvo que “se trata de uno de los primeros lenguajes de comunicación con el mundo externo y por eso es fundamental incluirlo en el jardín de infantes. El niño se mueve para demostrar motrizmente lo que puede hacer, según las edades”, aseguró.
A través de la expresión corporal, se trabajan las emociones. “No es moverse por moverse sino que el propósito fundamental es sondear en la emoción, la creatividad, el vínculo con uno y con los demás”, dijo.
Según consideró Jaritonsky, en general hay poca formación docente sobre este lenguaje y hasta “resistencia” por parte de algunas maestras a incluir la expresión corporal en sus salitas. “Sucede que ellas también deben moverse y esto dependerá de la mochila que cada una cargue. Puede ser que haya docentes que tengan más habilidades, otras menos, pero el rol requiere transmitir la expresión corporal a los niños”.
“Los chicos tienen que salir del nivel inicial habiéndose conectado con su cuerpo, con las sensaciones y la emoción. La expresión corporal le permite al niño la posibilidad de “bailar sus propias danzas”, sin necesidad de ser un artista, sino como una persona habilitada para poder expresarse corporalmente”, subrayó.

Podemos concluir transmitiendo que el objetivo del juego como así el de la expresión corporal es generar igualdad de posibilidades de acceso a los conocimientos que contribuyan a la integración social plena de los niños y niñas y al sostén de valores que favorecen el bien común, la convivencia social, el trabajo compartido y el respeto por las diferencias. 

Autora: Carla Orellana Luque

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