martes, 31 de octubre de 2017

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO AL AIRE LIBRE

“Se reconoce que el juego ha sido y es caracterizador de la especie humana, es manifestación de cultura. En el juego (y en el jugador) no existe un particular interés por la producción, sino más bien en el juego como un fin en sí mismo”   

Johan Huizinga

La sociedad va cambiando y de nosotros depende aprovechar aquellas cosas que nos benefician y frenar las posibles consecuencias de los cambios negativos.
 Es un hecho que los niños tienden a quedarse en casa en sus ratos de ocio y que cada vez más prefieren divertirse con sus computadoras, celulares, tables y demás aparatos electrónicos que los lleva a estar solos y en su propio mundo. Muchos padres no saben lo importante y beneficioso que es que sus hijos puedan jugar al aire libre.
Los niños desde pequeños deberían estar en contacto con la naturaleza para que aprendan a interactuar con el entorno que los rodea y poder estimular su creatividad. En esta “aventura” de jugar al aire libre no tienen por qué estar solos, lo pueden hacer en compañía de su familia, ya que muchas veces se necesita la incentivación de parte de los padres para que los niños puedan salir a jugar.  

Los juegos al aire libre van a potenciar la creatividad del niño. Ellos estarán abiertos a las “sorpresas”, al conocimiento, curiosidad, que puedan aparecer en esos espacios y en esas situaciones de juegos que se desarrollan en la calle. Como, por ejemplo, preguntarse sobre las plantas, insectos, cambios de clima, cambio de estación y demás cosas que estimula el aprendizaje del niño.
 Por todo esto el juego favorece la imaginación, el desarrollo cognitivo y creativo, agudizando el ingenio.
Además de ser más creativos, los niños que suelen jugar afuera son sujetos más autónomos e independientes. Esto es una herramienta fundamental para que el niño pueda aprender a “afrontar” sus problemas.
Los juegos al aire libre van a proporcionar más actividad física, evitando el sedentarismo y la obesidad. La regularidad del estar y jugar en espacios abiertos ayuda a los niños a adquirir buenas costumbres y con probabilidad que en el futuro también lo hagan y constituirse como personas activas físicamente y, eventualmente, sin problemas de salud, obesidad y/o altos niveles de colesterol.
Apagar la playstation, el televisor o celular y salir a la calle a jugar a la pelota o a la plaza son actividades que se recomiendan a todas las edades, a las familias y no solo a los niños pequeños.
Otro aspecto importante que destacar es que el juego al aire libre favorece la relación con otros niños, lo que es complicado si siempre juegan en sus casas. Aquí los niños van a aprender a socializar, compartir, respetar reglas y muchas otras cosas más.
Además, favorece el desarrollo psicomotor, ya que fomenta la coordinación, el equilibrio, la organización espacio temporal, la motricidad fina y gruesa, ayuda a reforzar la marcha, a correr, a saltar, entre otras cosas. Es decir, puede utilizar todo su cuerpo en un ambiente de libertad.
Para Beatriz Caba, directora de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar, dice “cuando un pequeño tiene espacios de diversión se fortalece su autoestima, sus pasiones, e incluso se estimula la lógica matemática. Por eso, los adultos no deben jugar con ellos durante tiempos establecidos ni con consignas estructuradas; deben observar, escuchar y seguirlos. En conclusión, dejarse llevar”.








Consejos a padres, para que lo dicho anteriormente se lleve a cabo:

·        Los padres deben facilitarles a los niños que descubran sus cuerpos y disfruten de juegos al aire libre como arena, tierra, barro, etc
·        Desconectarlos de todo tipo de aparatos electrónicos (teléfonos celulares, tablets, etc.) y motivarlos a que salgan de la casas a jugar
·        Llevarlos a lugares donde estén todo un día en contacto con niños y con la naturaleza
·        No tenerle tanto miedo a la suciedad, virus o bacterias y dejar que el niño juegue libremente.

 En conclusión, los adultos deben dejar que los niños se expresen libremente, que jueguen, que exploren, que interactúen con sus pares, con la naturaleza y también con sus padres.
 Tenemos que evitar que el niño pase mucho tiempo en actividades solitarias, usando aparatos electrónicos, que lo aleja de poder relacionarse con los demás, desarrollar su creatividad, imaginación, sumergirse en otros mundos posibles.
 Se debe dejar al niño que descubra y aprenda todos los beneficios que tiene el juego para brindarle. Motivarlos y ayudarlos a que lo hagan sin ningún miedo.



Bibliografía:


·        Papalia, Diane E. “El juego en el desarrollo infantil
·        Ramayo O. (2011). El juego y el deporte en el futuro. “Revista Maestra”, 30-31-32


Autora:
Aldana Donda

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