miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Por qué los juegos simbólicos perduran en el tiempo? por Flavia Borgo

El juego de las compras, o jugar a la mamá y papá son juegos simbólicos.

  
Estos juegos como el de las compras, o jugar a la mamá y al papá perduran a través del tiempo ya que todos los niños de todas las edades y en diferentes partes del mundo los realizan y ponen en escena. El juego es muy importante para su aprendizaje porque tienen un carácter formativo y a través de ellos los niños buscan y exploran el mundo por si solos. Además desarrollan diferentes capacidades físicas por el desplazamiento que realizan, utilizando una coordinación de psicomotricidad gruesa y fina.
     Aportan un desarrollo sensorial y mental: mediante formas, texturas, colores, etc. y un desarrollo afectivo: experimentan emociones a través del juego. Generan un dominio espacial propio y de los pares.
Según Piaget el juego simbólico se da entre los 2 a 6/7 años propio del estadio pre operacional; donde se simulan situaciones, objetos y personajes que no están presentes en el momento del juego. Cumple un rol importante, ya que los niños pueden expresar sus emociones  y necesidades a través de dichas representaciones.
Los juegos simbólicos son representados tanto en niños como niñas, de diferentes edades, a medida que van evolucionando su desarrollo cognitivo incorporan nuevas formas de jugar, adquieren un lenguaje más amplio y establecen mejor las relaciones con sus pares.

Los beneficios de los juegos simbólicos son:
·         comprender y asimilar el entorno que nos rodea
·         aprender y practicar  conocimientos sobre los roles establecidos en la sociedad adulta.
·         desarrollar del lenguaje ya que los niños verbalizan continuamente mientras los realizan, tanto si están solos como si están acompañados.
·         Favorecer también la imaginación y creatividad.
En el juego simbólico los niños reflejan el conocimiento de la realidad que los rodea. Cuanta más variada es la realidad que conocen, más variados son los argumentos que utilizan. Argumentos típicos son: jugar a las familias, a médicos, a bailarinas, a superhéroes.

Se pueden establecer tres categorías de juegos simbólicos:

·         Un primer grupo está formado por argumentos que son una especie de resumen o visión simplificada de la realidad social, observada o experimentada por los propios niños. Jugar a las casitas, a las tiendas, o a los colegios o a cualquier otro tema de la vida cotidiana de los adultos familiares. Estos argumentos solo exigen a los jugadores un recordatorio de los roles y las interacciones entre ellos.
·         Un segundo argumento esta menos ligado a la realidad de los niños. Un ejemplo puede ser jugar a superhéroes. Este tipo de argumentos exige que se vaya estableciendo entre los jugadores un mundo de ficción compartido que tiene poco que ver con su experiencia directa.
·         Un tercer grupo lo constituyen los argumentos creados por cada niño. A medida que su repetición le confiere una cierta entidad como juego diferenciado, llegara a ser identificado con una etiqueta propia: el juego de los amigos, el juego de las princesas Disney, etc.

Cuando el argumento es menos cotidiano, aunque su conocimiento provenga de informaciones que los diferentes jugadores han podido extraer de fuentes comunes (películas, cuentos,...), es necesario que se produzca en los niños una negociación más explícita de significado de las situaciones, del valor de los objetos y del rol de cada uno de los papeles asignados.

El juego simbólico como instrumento de terapia:

El juego simbólico es esencial para el desarrollo de habilidades cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales en los niños. Por ese motivo es un instrumento privilegiado para utilizar cuando surgen dificultades a cualquiera de esos niveles, y desplegar un buen enfoque terapéutico. El juego simbólico amplifica las habilidades verbales para poder expresar pensamientos, sentimientos, reacciones y actitudes con más claridad en la edad temprana de la infancia.
Muchos terapeutas, pues, utilizan el juego en terapia, lo que se conoce como terapia de juego. Es muy útil para establecer una buena alianza con el niño, a partir del juego compartido entre terapeuta y el pequeño paciente. Ayuda éste a expresar sus sentimientos, su vergüenza, su frustración, su miedo, su angustia, y ayuda al terapeuta a entenderlos a través de los personajes del juego. El niño habla a través de ellos. Y el terapeuta también. El juego es un espacio protegido, donde la realidad es expresada indirectamente, con menos censura y menos resistencias. Es un espacio donde crear o proponer alternativas, sin miedo a equivocarse. Se crean historias y se construyen narraciones que apuntan a lo real, a lo que el niño y la niña viven en sus vidas reales, en casa o en el colegio, con los padres, hermanos, compañeros. Y todo esto a través del juego simbólico.
Porque, hasta cierto punto, el juego es para el niño lo que el lenguaje es para el adulto; y los juguetes son para él lo que las palabras son para nosotros. Por lo tanto, cuando el terapeuta juega, se pone al nivel de su pequeño paciente. Habla su lenguaje, le escucha, crea y pone significado a lo que va ocurriendo, y le pregunta por su mundo interno a través de los personajes en juego.
Pero no todos los juguetes sirven para la terapia, y cada uno tiene su potencial particular. Hay juguetes que representan la vida real, como por ejemplo los muñecos y muñecas, un maletín de médico, instrumentos de cocina, herramientas de carpintería… Otros juguetes simbólicos sirven para la expresión y la representación de la agresividad y el miedo, como soldados, pistolas, espadas de plástico, serpientes, tiburones, etc. Otros juguetes están más orientados a la expresión creativa y artística, como el barro, los lápices de colores, y material diverso para dibujar, pintar, moldear… En terapia, es recomendable disponer de todo el abanico, ya que cada categoría de juguete permite plantearse diferentes objetivos en el trabajo terapéutico.

La evolución del juego simbólico: 

El juego simbólico se hace sobre representaciones y no sobre cosas reales. Las pinturas rupestres son el primer ejemplo de ¨juego¨ simbólico. Los hombres prehistóricos las utilizaban para actuar sobre los animales a través de sus representaciones. El juego simbólico está claramente presente todos los niños a partir de los 2 años de edad. El juego simbólico está presente cuando un niño toma una piedra y juega con ella como si fuera un carro. Este niño está jugando con el carro, no con la piedra.
Los chimpancés y otros primates tienen la capacidad de utilizar representaciones, pueden por ejemplo usar algunas palabras, pero no aparece en ellos ninguna forma de juego simbólico. El juego de los chimpancés tiene las mismas características que el de todos los mamíferos. La aparición del juego simbólico se presenta exclusivamente en los niños humanos, junto con el lenguaje -intrínsecamente simbólico. Podemos decir que al pasar de los años también fueron evolucionando su forma, es decir según el contexto histórico o la cultura de cada niño, utilizaban diferentes recursos y materiales para la realización del mismo. Como por ejemplo para jugar a las compras utilizaban solo un recipiente y objetos de cartón creados por ellos mismos. Luego los juguetes fueron modificándose, introdujeron nuevos modelos al mercado, de diferentes calidades. Esto dependía también de la situación económica de la familia del niño, ya que todos no contaban con los mismos recursos.
Hoy en la actualidad existen diversos juguetes, de todas las formas y tamaños, creados para realizar juegos simbólicos. Sin embargo algunos niños prefieren utilizar  juguetes creados por ellos mismos, que tienen un valor significativo extra, ya que los realizan con sus propios recursos.
¿Cómo estimular el juego simbólico?
Aunque el juego simbólico es una actividad espontánea, los padres también pueden estimularlo.
1.    Juega con tu hijo. Aprovecha cualquier ocasión y sumérgete en el mundo de fantasía que ha creado tu hijo. Siéntate a beber té o juega a los médicos. Disfruta de ese momento y ayúdale a aprender, intentando que la situación sea lo más cercana posible a la realidad.
2.    Asegúrate de que tenga juegos de roles. Tu hijo se sentirá más motivado si tiene posibilidades de jugar a ser cartero, disponer de material que simule una cocinita  o un kit de primeros auxilios. De hecho, ni siquiera es necesario que compres esos juegos, puedes confeccionarlos en casa o recrear elementos cotidianos.
3.    Ayúdale a recrear personajes y situaciones. Si tu hijo aún es pequeño, es probable que tenga un repertorio limitado de situaciones y personajes que puede imitar. Por eso, puedes proponerle nuevos personajes y contextos con las que tu hijo se pueda identificar, que estimulen el juego simbólico.

Conclusión: El juego es importante en los niños en todas las etapas del crecimiento, ya que le permite al niño a desarrollar sus capacidades cognitivas, psicomotriz, y afectivo-social. También a respetar normas de la sociedad, regular su conducta, desarrollar su imaginación y creatividad. A través del juego podemos percibir cuestiones que con el lenguaje no alcanzamos a descifrar. Además el juego en los niños tiene propósitos educativos y también contribuye en el incremento de sus capacidades creadoras, por lo que es considerado un medio eficaz para el entendimiento de la realidad.
Algunos de los juegos más importantes son los simbólicos, ya que para los niños todo es nuevo y sorprendente. Están inmersos en un mundo de sensaciones y experiencias que van asimilando y almacenando a modo de conocimientos mientras crecen. Es muy importante que los padres proporcionen a sus pequeños el tiempo suficiente y necesario para jugar, ya que mediante el juego simbólico, los niños pasan de ser espectadores de la realidad a ser los auténticos protagonistas.
Podrán evocar un acontecimiento vivido que les haya impresionado, quizás revivir una aventura excitante, o sencillamente imitar a sus padres en cualquier situación cotidiana.
Para ellos es muy estimulante y divertido inventar situaciones en las que pueden hacer cosas que a menudo, en la vida real, resultan imposibles para ellos. Jugar a ser policías o preparar una rica comida les ayuda a entender empáticamente su entorno, a organizar sus conocimientos y a desarrollar la memoria, la atención, la imaginación y la creatividad.
Asimismo, es una estupenda arma socializadora dado que al ponerse en la piel de otro personaje, tiene la oportunidad de empatizar con los sentimientos, emociones o roles de éstos y salir un ratito de su habitual “yo”.
También está estrechamente relacionado al desarrollo del lenguaje infantil ya que al dar de comer a su muñeca o acostarla, repetirá las frases que suelen enmarcar este tipo de situaciones: “debes comértelo todo” o “es la hora de ir a la cama“. Se observan verdaderos guiones o esquemas de escenas en estas representaciones. Esto es verdaderamente importante, porque que el niño empiece a expresar verbalmente lo que antes sólo expresaba con acciones significa que ha empezado a jugar con las ideas adelantando sus intenciones, sus historias,  alimentando así su imaginación y potenciando  y estimulando el desarrollo del lenguaje.


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